En pocos foros podía haber fallado el rey con tanta tranquilidad como en el de ayer. Es cierto que tropezó al hablar, que le costó terminar alguna frase y que, incluso él mismo resopló en algún momento ante las penalidades que estaba pasando para terminar su intervención en esos eternos cinco minutos. Sin embargo, quienes tenía delante no levantaban ni una ceja, no cuchicheaban con el de al lado, no mostraban sorpresa ni rechazo, no se inmutaban. Eran militares. Están preparados para cualquier contingencia. Incluida la que veían ayer: el envejecimiento del rey.
Es verdad que la Casa Real ha salido al paso de los comentarios y ha advertido que el problema se limitaba a la escasa luz que tenía el rey en el atril. Quizás es necesario aumentarla si tiene cataratas. Y si las tiene tampoco hay que rasgarse las vestiduras. Bien lo saben los miembros de las Fuerzas Armadas. Es su jefe. Es uno de ellos pero es el rey. Y lo seguirá siendo aunque tartamudee, dude, tenga dificultades para andar, para hablar o para dirigirles. Mientras lo sea, ellos le serán leales. Es su modo de ser, su opción y la garantía que impide levantamientos, aventuras arriesgadas o miedos colectivos.
De ellos, tal vez, podemos aprender a aceptar con naturalidad la decadencia humana. Puede que todo sea una especulación exagerada y pasado mañana esté leyendo su discurso sin problemas y sin dar pábulo al comentario. Pero de no ser así tampoco deberíamos escandalizarnos. Como ante sus dificultades para andar o sus otros achaques. El rey se hace viejo. ¿Y qué? Simplemente debe luchar para evitar que las dificultades físicas le impidan ejercer su función y, consciente de ello, cuando así sea, decidir lo mejor para España. Sin presiones. Sin apuestas. Sin cesiones a los agoreros.
En su discurso mencionó, como siempre, las virtudes del buen militar. Es necesario hacerlo en el acto en el que les agradece en nombre de España su sacrificio. Habló de su “espíritu de servicio y su valor”. Ahí se estaba retratando, como militar que es. Luchar contra la vejez a la vista de todos puede que también forme parte de ese servicio y ese valor.