A partir de ahora algunos cerdos van a ser “cinturón negro”. No es metáfora aunque haya personajes que son verdaderos maestros en hacer el puerco. El cinturón negro para los cerdos fue presentado ayer por el ministro Cañete y significa, como en las artes marciales, la condición más alta y el grado más elevado de un cursus honorum muy particular: el del jamón.

Desde hoy, el jamón de bellota o el lomo 100% ibéricos llevarán un distintivo de color negro. Junto a ése, habrá otros, rojos, verdes y blancos con su referencia particular: de bellota, de cebo de campo y de cebo.

Lo mejor fue ver la cara de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, mientras Cañete mostraba las bridas que se les pondrá a los productos para diferenciarlos ante el consumidor. Cuando el ministro hablaba de los “animales ibéricos puros”, la vicepresidenta miraba a los periodistas como diciendo “sí, esos que vosotros y yo conocemos”. Al mismo tiempo cogió la brida negra y la evaluó quién sabe si con la oculta intención de colocársela a Monago, a Ruiz Gallardón o a Bárcenas. ¡Hay tantos de ésos! Su ADN es tan puro que mantiene la misma carga genética de los de Atapuerca. Sin alteraciones.

Ayer mismo conocí a dos en una televisión tan local que no sé si era de barrio o de escalera. Era ProdigioTV (dícese de una televisión que funciona de forma milagrosa dada la escasa calidad de sus contenidos) que, se hacía eco del cáncer de Pedro Zerolo, socialista defensor de los derechos homosexuales. El presentador introdujo el dato diciendo que no se alegraba pero que tampoco le disgustaba la noticia. Acto seguido le preguntó a un sacerdote (?) si eso se compadecía con la coherencia cristiana, a lo que el cura le contestó que la enfermedad “podría ser un acto de la Divina Providencia intentando ejemplarizar”. Reconozco que no seguí viéndolo por la repulsión que me produjo y por miedo a que el Altísimo enviara un rayo sobre esa cadena y sus espectadores. Eso es lo que Cañete llamaría “animal ibérico puro”. Si en adelante les ven una pulserita negra en la muñeca, ya saben a qué responde.