George está aquí. Tan cierto como el aire que respiro, que diría el coro de guitarras adolescentes en colegio de monjas. Está aquí mismo. En un hotel que he visitado decenas de veces. No hablo del Waldorf de Nueva York ni del Fontana de Roma sino de un hotel que tengo a tiro de piedra de mi casa. George Clooney. Con o sin azúcar. Descafeinado o ristretto. Solo o con leche. George is inside.
Nadie lo ha visto entrar o salir pero está aquí y ha roto con la novia. No digo más.
Dicen que suele improvisar y que es posible encontrártelo por la calle. Lo que no dicen es por cuál. Quisiera saberlo porque una servidora, desde que lo supo, vaga como alma en pena por Valencia, tan monísima de la muerte que está al borde de la neumonía, por ver si nos tropezamos de pronto como el destino –lo sé- quiere que suceda. Pero nada. Ni cruzármelo ni ofrecérseme a tomar un café ni preguntarme “¿algo más?”. Yo sigo ensayando para ese momento un mohín en inglés, con traducción simultánea en italiano y subtitulado en lenguaje de signos por si no funcionara. O sea, a la desesperada. Pero no. Estoy por irme a la Ciudad de las Artes con un cartel que diga: “George, queremos un café tuyo”. A ver si hay suerte.
De momento quien sí se ha encontrado con él es Valencia y eso ya es una magnífica noticia, a pesar de los agoreros y de que el cielo caiga sobre nuestras cabezas. Ahora quizás no calculemos lo que significa, pero la difusión de un espacio como la Ciudad de Calatrava en todo el mundo es una promoción difícil de valorar en términos de futuro. “Tomorrowland” puede ser una oportunidad de estar en la retina de millones de personas que queden encantados con el lugar y se propongan visitarlo. No sería la primera vez que ocurre con el escenario de una película. O que tenga efecto llamada para otros proyectos. Sé que aspirar a ser un decorado es triste pero si ésa es nuestra tarjeta de visita y muestra la existencia de una ciudad futurista en Europa no deberíamos decir que es malo el resultado. Seducir a Clooney debe de ser difícil pero si Valencia lo consigue abre el mercado estadounidense, que no es cualquier cosa.