Para Rubalcaba está todo claro. El Big Bang se produjo aquí, en Valencia. Nada de lejanas galaxias ni cuerpos celestes que orbitan a millones de años luz de la Tierra. No hay que irse tan lejos para encontrar los inicios. Los tenemos mucho más cerca. Al menos, si tenemos en cuenta sus palabras de ayer en la proclamación de Ximo Puig. “Aquí empezó todo”, clamaba el secretario general del PSOE y, por un momento, imaginé a Joan Lerma, con un poco más de pelo, levantándose sobre sus patas traseras para lanzar al aire un hueso mientras sonaba “Así habló Zaratustra”.
“Aquí empezó Gürtel, ¿os acordáis?”, siguió diciendo, “aquí empezó la privatización de los hospitales, ¿os acordáis?; aquí empezó el ataque a la escuela pública, ¿os acordáis?”. Y, sí, los presentes, al parecer, se acordaban de todo en una oportunísima memoria selectiva que olvidaba otras cosas como que aquí el PSPV lleva perdiendo elecciones años y años. ¿Os acordáis?
Rubalcaba situó en Valencia el epicentro de todos los males que nos aquejan a los españoles, tanto que estuve a punto de salir a buscar a Merkel de compras por la calle Colón a ver si me firmaba un autógrafo en el aceite de oferta o a aquellos infames que se empeñaron en negar la crisis mientras ésta nos estaba comiendo por los pies. Deben de andar escondidos por las callejuelas del centro histórico, porque, que yo recuerde, la política extrema de austeridad, equivocada en su aplicación pero necesaria en sus raíces, se inició por la mala gestión dentro y fuera de la Comunidad. Es cierto que aquí ha habido despilfarro y corrupción pero cuando gobernaba Zapatero, el mantra de su gobierno era que la crisis era internacional y que no éramos culpables de los pufos ajenos. No recuerdo haberme encontrado a los Lehman Brothers de copas en El Carmen pero, al parecer, Rubalcaba, sí.
Al menos en esta comunidad se creó riqueza. Es cierto que gracias al ladrillo y las ayudas europeas pero se consiguió; algo que no pueden decir otras comunidades con bastante más subvenciones. Y, si aquí empezó todo lo malo ¿cómo es que su partido no fue capaz de evitarlo? No le escuché una respuesta.