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María José Pou

iPou 3.0

El director del IVAM

Después de todo lo que hemos visto durante años en la política cultural de la Generalitat, que el dedazo institucional sea sustituido por el corporativo no parece una mala solución para el IVAM. Sin embargo, no siempre la opción con más apariencia de ecuanimidad y transparencia es la mejor. Es cierto que resulta preferible escuchar a los expertos antes que a una serie de papanatas que mariposean en torno al poder pero la pregunta es si resulta necesario. Diez personas y tres meses para elegir al director de un museo es excesivo incluso como punto de partida. No estamos decidiendo quién será el presidente de la Corte Internacional Penal sino el responsable de un centro cultural. Es verdad que se trata de un lugar emblemático; un espacio de referencia en el mundo del arte; uno de esos felices acontecimientos que, de verdad, puso a Valencia en el mapa pero ni por ésas consigo ver la necesidad de poner en marcha un proceso complejo y costoso. La pregunta clave, en tiempos de recortes, es muy sencilla: “¿cuánto cuesta esa comisión de expertos que, durante tres meses, encontrará al mirlo blanco del arte valenciano?”. No estamos para dispendios y dudo que todo eso nos salga gratis.

No es solo por dinero. Es también el riesgo de una mirada internacional que, aunque necesaria, no contemple el IVAM como lo que es: un museo en una comunidad arruinada. No podemos pagar según qué sueldos, quiero decir. La experiencia de otros exponentes culturales valencianos como el Palau de les Arts nos dice que el gran fichaje internacional no necesariamente es la mejor opción. Eso no desmerece en nada a la persona sino al criterio de elección. No es por ti, es por mí, diría aquel.

Además, podemos olvidarnos del talento que hay en la tierra. Queriendo huir del favoritismo y el localismo, corremos el riesgo de hacer de menos a los propios cuando aquí hay mucha gente preparada para dirigir con acierto y austeridad una de nuestras mejores apuestas culturales. Como sucede con la ópera, con una orquesta o con un teatro. Es la forma de potenciar la cantera local. Si se exige en el fútbol ¿por qué no en todo lo demás?

Socarronería valenciana de última generación

Sobre el autor

Divide su tiempo entre las columnas para el periódico, las clases y la investigación en la universidad y el estudio de cualquier cosa poco útil pero apasionante. El resto del tiempo lo dedica a la cocina y al voluntariado con protectoras de animales.