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María José Pou

iPou 3.0

Palmeras y ramas

“Menos discursos y más recursos”. Hay que reconocer que como eslogan es impecable. Lo que falta por saber es si responde a la realidad.

Podría aplicarse a cualquier contexto pero el último caso en el que alguien ha usado la frase contra un oponente ha sido en el ayuntamiento de Madrid. Allí, el representante de la oposición socialista, Lissavetzky, le espetó el pareado de denuncia a la alcaldesa, Ana Botella, a cuenta de los árboles que caen en los jardines de la capital. ¿Es una coincidencia que en Valencia hayan caído tres palmeras y en Madrid, algunas grandes ramas e incluso árboles? Si nos atenemos a lo que sugiere la alcaldesa Barberá que es la tesis del golpe de calor, bien podría ser una causa compartida entre las dos ciudades. Lo que llama la atención es que Valencia, como Madrid, son ciudades acostumbradas a las altas temperaturas, incluso con valores más elevados en años anteriores.

Contra las explicaciones naturales, Lissavetzky acusaba al ayuntamiento de Madrid de mala gestión y de recortes. Desconozco si es así y si en Valencia ocurre algo similar pero lo grave es el uso político del reproche y de su contrario. En la guerra entre partidos nada es suficiente. Tampoco buscar relaciones de causa-efecto que puedan beneficiar a unos u otros. Ejemplos célebres tenemos en la historia reciente. En este caso el discurso público repite los mismos parámetros ya sea en el asunto de los árboles y palmeras, ya sea ante los incendios forestales. Una y otra vez se señala con el dedo al dirigente por dedicar menos recursos al mantenimiento de los jardines y bosques públicos. Las autoridades, por su parte, responden criticando que ese discurso incrementa la alarma social. Y es cierto. Pero lo que de verdad alerta al ciudadano es que los árboles se caigan sin poderlo prever o que los montes se quemen sin poderlo evitar. En esto, como en otros asuntos de interés público, deberían dejar de lado la rentabilidad política unos y otros y velar, exclusivamente, por la seguridad y bienestar de los ciudadanos y de su entorno. Hacer de ello un arma o disfrazar la realidad son malas estrategias a largo plazo.

Socarronería valenciana de última generación

Sobre el autor

Divide su tiempo entre las columnas para el periódico, las clases y la investigación en la universidad y el estudio de cualquier cosa poco útil pero apasionante. El resto del tiempo lo dedica a la cocina y al voluntariado con protectoras de animales.