Si le funcionó a ZP, no hay motivo para creer que ahora no funcionará. Eso han debido de pensar los asesores del nuevo líder del PSOE, Pedro Sánchez, para crearle su imagen mediática. Para él han elegido otra fórmula. Escoger la misma hubiera sido un problema. “ZP” respondía a Zapatero pero, en su caso tendrían que haber escrito SH con el riesgo de que nos remitiera a una cadena de hoteles; a SCH y que mencionara la “bicha” bancaria o, peor aún, a SZ y que pensáramos en un líder tribal en Suazilandia. Un problemón. Eso era lo que tenían delante los creativos de su campaña. En lugar de la táctica ZP, también podían haber jugado con las iniciales del sujeto pero el resultado no era muy alentador: PS hubiera sonado a consola de videojuegos y a avatar de Messi en una partida de Fifa. Por eso, decidieron probar lo que hicieron con Rubalcaba, esto es, RbCb. En este caso jugaron con la repetición de la “be” y convirtieron las letras que acompañan en mayúsculas para que quedara vistoso el conjunto. Fracasaron, como sabemos, y sin embargo, andan tan desorientados en el PSOE que han decidido jugar otra vez esa carta. En este caso han suprimido las vocales y han convertido al líder socialista en “Pdr Snchz”. Imagino que no lo utilizarán para su campaña global sino únicamente para la página web que han habilitado pensando en los chavales que dudan entre Podemos y PSOE o que no tienen claro a quién votar pero sí a quién seguir en Twitter. Quieren llegar a un público joven que, incluso, escribe mal en las redes porque ignora el buen uso del español o porque dice dar importancia el mensaje y no al lenguaje. Como si fueran separables.

No voy a revestirme de un halo sagrado para defender el buen uso del español pero considero perezoso a quien suprime letras cuando escribe en Twitter o en Whatsapp. Esos nuevos modos de comunicación no son por sí mismos atentados contra la lengua pero exigen una capacidad de síntesis que no siempre se tiene. Y si no se tiene, ha de cultivarse. En definitiva, hay que dedicarle tiempo, por eso me parece un vago quien prefiere decir “hi, dnd vms” en lugar de “hola, ¿dónde vamos?” y directamente no lo sigo. Es el modo que cada cual tiene de mostrarse. Igual que escogemos entre una foto en biquini u otra donde aparecemos arreglados para una boda, escogemos un modo de “presentarnos” allá donde lo hacemos solo con la palabra. Sánchez parece haber optado por un uso torpe, descuidado y aparentemente juvenil. No sé si les llegará a ellos. A mí ha terminado de perderme si es que alguna vez me tuvo.

Mejor hubieran hecho sus asesores estudiando la forma como los españoles retenemos nombres y personajes. Ni Zapatero es recordado por Rodríguez ni Rubalcaba, por Pérez. Tal vez hubiera tenido más personalidad jugar con Castejón, Pedro S. Castejón. De cualquier forma si pierde, no será por eso.