Whisky ha empezado con mal pie. O mejor dicho, con mala pata. Una vacuna mal puesta antes de salir de Xàtiva le ha hecho pasar por el veterinario, abrirle un absceso a lo vivo y atiborrarle de antibióticos y antiinflamatorios. Debe de estar pensando que estaba mejor en la protectora. Yo sé que no es así y no por los cuidados que le daban allí sino porque el calor del hogar, los mimos y sentirse especial es algo que todos necesitamos para vivir. También un animal como él.
Por lo menos, ya lleva mejor la superación de la ansiedad por abandono. Ahora ya no se me tira desesperadito cuando llego a casa por haberse quedado solo. Gracias, Ángeles, por tus consejos y eso que se me hace un mundo mantenerme fría y no decirle lo mucho que me alegra verle. Adoptar parece un gesto altruista pero no sé quién hace más por quién, si yo dándole un hogar o él dándome alegría constante.