Desconozco si la Ley de Murphy tiene vigencia en el espacio sideral pero, si es así, Dios nos pille confesados. Lo digo por la afirmación de un profesor de la Universidad de San Petersburgo según la cual la Tierra corre el riesgo de sufrir la colisión de un meteorito destructor. El enésimo, ya lo sé, pero en este caso sabemos hasta la fecha.
Y dice el tal Sokolov, que así se llama el trompetero del Apocalipsis, que existe una posibilidad entre 250.000 de que se produzca el impacto. A ver si va a ser gafe y se cumple. Que la ley esa del Murphy, en cuanto te descuidas, te hace la pascua.
A mí lo que realmente me fastidia es que anuncie la posible desaparición del ser humano como en su día sucediera con los dinosaurios. Y, sobre todo, que anticipe la fecha y tengamos hasta que ponerla en la agenda: el 3 de abril de 2036. O sea, que ni me jubilo. Ea. Tanto cotizar, tanto cotizar y ahora va a resultar que no lo cataré.
Pero atentos a los datos que dan una rabia que se me llevan los demonios. El 2036 llegará dentro de 25 años lo que sumados a mis 41 primaveras actuales hacen un total de 66. ¡Manda narices! ¿Es que no había otro día? ¿Es que el meteorito no podía hacer otra ruta? ¿Es que va a ser justo en vísperas de jubilarme? ¡Señor, pero qué he hecho yo para merecer esto? Vale que soy pelín perezosa y si por mí fuera aboliría el trabajo por siempre jamás pero de ahí a cachondearse de una servidora con tamaña desfachatez. ¡Hombreyá!
Comprenderán ustedes que después de saberlo, esté buscando billete de AVE Valencia-San Petersburgo. Dicen que no hay, pero seguro que es una estratagema de las compañías aéreas para no desmontar la ruta Valencia-Odessa.
Cuando llegue allí se va a enterar el Sokolov. Sokolov se va a quedar en las estepas. ¡Dejarme a mí sin jubilación! Pero quién se ha creído que es. O me explica el porqué de la fecha o lo mando a Siberia a recibir al meteorito como se merece.