Si un dirigente está dispuesto a masacrar a su pueblo por permanecer en el poder ¿hemos de pensar que ese comportamiento solo se produce en caso de guerra? ¿O por el contrario también lo mantiene durante la paz?
Si usa el ejército contra los ciudadanos que se le rebelan ¿se puede pensar que no ha usado la policía, los servicios de inteligencia o la educación contra aquellos ciudadanos que ha considerado díscolos en tiempos de paz? Yo creo que no.
Quien pierde el respeto de su pueblo no lo hace de la noche a la mañana sino durante tiempo y de forma progresiva. Se empieza deteniendo a gente por actividades conspirativas y se acaba lanzando bombas sobre los supuestos terroristas. Como Muamar el Gadafi.
No debería sorprendernos pero hemos dedicado demasiado tiempo a censurar a Castro por sus presos políticos o a los corruptos de Haití y no hemos querido mirar hacia el Sur. Que también existe. Aunque nos acordemos tarde.
Por eso me molesta tanto la hipocresía de Occidente por muy avalada por Naciones Unidas que esté su actuación militar en Libia. Quienes antes recibieron al dictador con sonrisas ante una jaima instalada en cualquier capital de Europa, hoy lo bombardean.
Quienes consideraron una excentricidad que convocara a cientos de mujeres italianas para predicar el Corán, hoy lo consideran un peligroso individuo desestabilizador del Magreb. Sobre todo eso, desestabilizador. Del petróleo, el gas y todo lo que nos interesa de allí.
Supongo que es necesario ayudar a los libios para que no sufran más la locura de Gadafi, pero también lo era durante los últimas cuatro décadas y nadie movió un dedo. No hablamos de un par de años sino de 41.
Cuando pienso que el dictador ha estado allí durante toda mi vida, no puedo creer en las buenas intenciones de la coalición internacional. Lo siento. Estoy con Llamazares. Por una vez y sin que sirva de precedente. No a Gadafi, pero no a la guerra.