Dicen que en los últimos meses han aumentado los matrimonios entre homosexuales por miedo a la llegada del PP al poder. Sin embargo, yo sospecho que es un bulo. Ni creo que los datos avalen esa tesis ni pienso que Rajoy, de habitar en La Moncloa, se plantee eliminar esas bodas. Entre otras cosas, porque crearía un problema con las uniones ya existentes y su prioridad, razonablemente, es solucionar problemas, no crear más.
Ahora bien, las prisas que se atribuyen a parejas gays sí que las veo en otros ámbitos. Por ejemplo, en el de ETA. Que no es lo mismo Zapatero que Rajoy en el gobierno ni Caamaño en la Fiscalía ni el sector duro de Mayor Oreja frenando cualquier tentación en el seno del PP.
Entiendo que una vuelta atrás sería terrible. Una ETA sanguinaria cometiendo atentados resultaría insoportable, pero lo que hay que dejar claro es que no sería una consecuencia indeseable del triunfo del PP. Sería únicamente una manifestación de que una banda de asesinos es eso, una panda de hijos de «zorra, que no astuta».
Por eso resulta tan molesto que pidan a ETA su disolución. O que hablen de contrapartida. A nadie se nos da un premio por cumplir la ley.
ETA ya sabe que tiene que auto-liquidarse porque su existencia va contra la ley, contra los Derechos Humanos y contra el avance de la propia sociedad vasca a la que dicen servir. No hay que decírselo. ETA lo sabe. Ya se lo hemos dicho mil veces.
Otra cosa es que necesite escuchárselo a los suyos. Pero para que sus secuaces políticos lo hagan no requieren reunirse. Basta con que se manden un ‘whatsapp’ que diga «ETA, muérete. Pásalo» y un ‘foursquare’ situado en Soto del Real. Todo lo demás es puro show con oportunidad calculada.
Por si acaso, yo no tengo problema en repetirlo en román paladino: ETA, nunca debieras haber nacido, de ahí que os llame malnacidos. Yo, como Rami, no conozco a vuestra madre pero bastante tiene con lo que tiene. ETA, muérete.