Es ficción. El polémico vídeo que ha grabado el PSOE para acusar al PP de recortar en la enseñanza pública y no en la privada -que es privada porque no tiene subvención, por cierto- es ficción. No me refiero solo a que, obviamente, son actores que representan un papel sino que hay un detalle que delata la visión estereotipada y falsa del spot.

En el vídeo, el niño rico es acompañado por su ‘nanny’ camino del colegio. Es raro que no le lleve el chófer pero se ve que no es tan rico como quisiera. El caso es que el niño le pregunta a Carmen, que así se llama su cuidadora, si tiene hijos. Ella dice que sí, que tiene una niña de su edad. La respuesta de él es lo que produce escándalo: «qué bien, así de mayor podrá ser la cuidadora de mis hijos».

Insisto en que es ficción porque, para ajustarse mejor a la realidad, su cuidadora no debía llamarse Carmen ni Lola ni Angustias sino Claudia Patricia, Liliana o Milena, es decir, no nacida en Chamberí sino en Bogotá, La Paz o Quito. Además, el niño da por hecho que su servicio es femenino y vitalicio lo que contradice la fea costumbre de los ricos malos de usar a las personas como un clínex, sin responsabilizarse de su bienestar ni el de su familia y mucho menos asegurándoles un puesto futuro para sus descendientes.

En definitiva es un niño sensible aunque clasista que ya promete puestos de trabajo. Es un todo un emprendedor de los que necesita nuestro país. ¡Creando empleo!

Fuera de bromas y de inexactitudes sociológicas, resulta patético presentar la educación de un modo tan simplista y antiguo. No digo que no haya quien la vea así. Sí. Los hay. Pero ¿cuántos? ¿Diez? ¿Doce? ¿Cien familias?

Frente a eso hay una necesidad perentoria de un pacto real, duradero y estable en la educación en nuestro país si queremos que tenga futuro, pero con puntos de partida tan banales no parece que vaya a ser posible. Será tema de pancarta pero poco más.