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María José Pou

iPou 3.0

La felicitación de Obama

El mundo vive para reducir el déficit. Todo se justifica por esa terrible finalidad que va a marcar nuestras vidas y quién sabe si la de nuestros hijos. La de nuestros padres y abuelos estuvo dramáticamente dominada por una guerra y una postguerra que les enseñó, desde el principio, a vivir con poco.

La nuestra se había iniciado en la prosperidad e incluso el lujo y la abundancia al alcance de la mano. Sin embargo, eso que conocimos ya no existirá. Ahora la carga del déficit nos acompañará y explicará cualquier recorte, cualquier supresión y cualquier dificultad en lo público.

Nosotros no hemos producido ese déficit pero quizás no hemos alzado suficientemente la voz cuando nuestros dirigentes lo han hecho con absoluta inconsciencia. A muchos, incluso, les ha pasado lo mismo: se han entrampado sin asumir las consecuencias de un préstamo que parecía regalado.

Pero lo más sorprendente es que las medidas durísimas que están tomando los gobiernos parecen inevitables y, sobre todo, están siendo avaladas y apoyadas por los responsables de las organizaciones económicas internacionales y por los líderes mundiales.

Ellos han permitido todo esto y, si no fuera porque resulta excesivo, empezaría a pensar que es una maniobra orquestada para sacar del sistema mucho dinero. Dinero que debe de estar en alguna parte pero yo no termino de saber dónde. Como si se lo hubiera tragado un agujero negro. No hay dinero, es la coletilla de moda en todas partes: en los bancos, en la Administración y hasta en la colecta de los domingos.

En ese contexto y cuando Zapatero recibe los ánimos y los aplausos del director del FMI o de Obama, me pregunto si hay posibilidad de negar que esa solución sea la adecuada. Me refiero a las posturas del PP o de CiU absteniéndose para que salga sin apoyarlo o, más todavía, de Antonio Gutiérrez discrepando de la línea oficial del PSOE y anunciando su voto contrario a la reforma.

Si son las medidas necesarias y Obama felicita a Zapatero ¿se están equivocando? Si eso lo que debe hacer España, lo que no explica es por qué no lo apoyan todos.

Socarronería valenciana de última generación

Sobre el autor

Divide su tiempo entre las columnas para el periódico, las clases y la investigación en la universidad y el estudio de cualquier cosa poco útil pero apasionante. El resto del tiempo lo dedica a la cocina y al voluntariado con protectoras de animales.