He de reconocer que si hoy el Parlament de Catalunya prohíbe los toros, me alegraré. Por ellos. Pero no será un triunfo festivo más allá de lo que significa poner una pica en Flandes contra el daño gratuito a un animal. Las picas siempre es mejor que se claven en Flandes antes que en el lomo de un toro.
No hay motivo de fiesta cuando la reivindicación antitaurina ha sido empleada con otras finalidades que no deberían enturbiar los debates sobre los límites del comportamiento colectivo y su adaptación a los valores que compartimos en una sociedad.
El factor político ha emponzoñado, como suele, un debate conveniente de por sí, aquel que plantea si una tradición cruel repetida, aun con toda la carga artística que tiene, puede mantenerse con la sola razón de que siempre se hizo así.
Esa discusión debería plantearse en la sociedad española sin acritud, sin propuestas excluyentes y sin aprovechamiento político interesado. No ha sido así. Es cierto que una prohibición, siendo siempre preocupante por lo que tiene de limitación por la fuerza y no de invitación a la transformación social, ayudaría a ver esta Fiesta de otro modo, a cuestionar algo que puede ser cuestionado. No quiere decir que unos u otros tengan la razón de antemano sino que toda actividad humana es susceptible de revisión sin que por ello nos rasguemos las vestiduras.
Eso es lo bueno que podría haber conseguido la propuesta en Catalunya. El problema es que se haya interpretado como un muestra pública de rechazo a España cuando acabamos de ver que la realidad social no es exactamente igual a la que nos pintan sus políticos.
Así se explica la libertad de voto del PSC que habitualmente no tienen sus parlamentarios, aun cuando tocan las opciones vitales y morales de cada cual. Esa libertad que no vemos cuando se trata de aprobar los transgénicos, el aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo o la prohibición de fumar. Que aquí se haya permitido no es un avance. Es solo una trampa para quienes han de votar. Sobre todo, cuando se juegan tanto en las elecciones catalanas próximas.