Alquilar lo público
Al paso que va, Rajoy va a tener que hacer como los griegos, que alquilarán sus policías y sus coches patrulla para obtener ingresos con los que mantenerlos. Si los helenos han decidido prestarlos por un módico precio para hacer escenas peligrosas en películas, bien podría el presidente español ceder los jardines de la Moncloa para una boda vip o los leones de las Cortes para un reportaje fotográfico en el ¡Hola!
Aquí en Valencia lo hemos probado con el Palau de les Arts y se ha sacado un buen pellizco aunque no llegue ni de lejos a lo que nos cuesta, lo que nos costó y lo que aún tendremos que pagar por él.
Antes que el copago sanitario, que reducir prestaciones o que algunos tengan que pagar por triplicado (la pública, la privada y la pública remasterizada), propongo que se alquile todo. Y cuando digo todo me refiero a todos y todas.
Allá donde las cuentas no casen, sea ayuntamiento, diputación, consellería o ministerio, que se ponga todo al alcance del ciudadano.
Por ejemplo, diez euros por hacerse una foto con Rita en el balcón del ayuntamiento de Valencia con un fondo “croma” sobre el que proyectar después una mascletà, una protesta de la EMT o una manifestación de estudiantes. O bien treinta euros por “pegar una volteta” en un Ferrari por el circuito urbano acompañado de Rita y Camps haciendo los honores. Seguro que así no hay diputado que dimita por no ser útil como el socialista Luis López. Si no se ve en el papel, al menos que haga de extra.
A mí, sin ir más lejos, me gustaría alquilar a De Guindos como sparring para ruedas de prensa de principiantes. Con él, que va al grano y no consiente en repetir una respuesta, el futuro periodista tendría que sudar sangre para conseguir pillarle. Sería como los payasos de las fiestas infantiles pero para fiestas adultas. Lo que jamás haré es contratar a Rajoy para que diga eso de “¿cómo están ustedes?”.Acabaríamos en comisaría.