Si con la nueva ley de emergencias de la Generalitat, los comportamientos negligentes de deportistas o excursionistas acarrearán el pago de los gastos de los servicios de socorro, deberíamos pedirles lo mismo a los toreros cuando usan la sanidad pública tras sufrir una cornada. Ellos también están teniendo un comportamiento que saben que tiene riesgo y aún así siguen adelante por tanto es un gasto evitable que no tenemos por qué pagar los contribuyentes.