Desde que sé que Carmen Alborch no va a repetir contra Rita en las municipales estoy en un dilema: no sé si hacer campaña a favor de Trini o de Tomás Gómez. Ya sé que en Valencia no se presenta ninguno de los dos pero no tengo fuerzas para desear a nadie maldición gitana tan grande como lidiar el miura de Rita.

¿Es posible enfrentarse a ella y ganarle? Es cierto que Clementina Ródenas lo consiguió pero eran otros tiempos, otro puerto y otras alianzas en la Generalitat. Ahora cualquier que se ponga en el disparadero ha de ser o un pasante interesado en hacer méritos o un prejubilado, de los que han dejado la vida laboral por un ritmo slow para hacer cositas de vez en cuando.

Por eso pienso en Trini. Si dicen que los sondeos le conceden triunfos, glorias y oropeles, el PSOE debería sobreexplotarla: ¡que lo gane todo! ¿Por qué conformarse solo con Madrid? Que amorticen sus candidatos y los pongan en tres o cuatro capitales de provincia y dos comunidades autónomas.

Yo me conformaría con no ver por estos lares el espectáculo socialista de Madrid. No es que me parezcan mal las primarias, ni las secundarias ni las terciarias capuchinas. Lo mismo me da. Lo que me resulta feo son los modos que ellos, su entorno o sus pregoneros se gastan para justificar la elección de uno u otro. Por ejemplo, el argumento ya mencionado del tirón electoral. Si por eso fuera, nunca perderían unas elecciones pues el sondeo actuaría como las varillas de un zahorí señalando nerviosas la localización de un candidato exitoso.

Además, la razón ofrecida para apoyar a Trini evidencia, más si cabe, que para los partidos la única razón de ser es el triunfo electoral. Incluso por encima de aquello que desean quienes forman una agrupación local o el propio partido. El elegido por las bases, si no tiene perspectivas de éxito, debe renunciar. ¿Hemos de entender así la victoria de ZP sobre Bono hace ya mucho mucho tiempo? Quiero pensar que no porque si no ¿qué son las primarias si no importan los deseos de los militantes? ¿Un paripé?