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María José Pou

iPou 3.0

No me consta

En las últimas horas lo habremos escuchado decenas de veces: no me consta que el señor Bárcenas haya cometido ninguna irregularidad; no me consta que pagara sobresueldos en negro; no me consta que haya regularizado millones ante Hacienda gracias a la amnistía fiscal; no me consta que siga teniendo despacho en Génova. Es la frase de la semana.

El problema es que la frase en cuestión no resuelve casi nada. ¿Qué significa ese “no me consta”?

Para quien la pronuncia es un modo de quedar exento de culpa sin afirmar ni negar la realidad. No dice que sea cierto lo apuntado; simplemente se aparta. Con ello nadie le podrá reprochar que no actuara.

Lo que cabe preguntarse después es si debía de haberle constado. Viene a decir a quien pregunta “si usted ha descubierto que eso es verdad, es su problema, no el mío”. Para quien la recibe, en cambio, es frustrante porque no ofrece información ni disipa dudas. Es inútil.

La expresión es el refugio que han adoptado en el PP ante el caso Bárcenas, pero ni es una técnica nueva ni es el único que se ha escudado en esa ignorancia para evitar que le salpique la corrupción o para hacerse el indignado.

Porque lo mejor de las últimas horas no es solo esa grandilocuente carencia de actuación notarial sino, sobre todo, la indignación de los responsables del partido, muy parecida a la mostrada en Valencia cuando empezó a conocerse el Gürtel. “Pero ¡cómo!, ¿nos han robado?” -decían algunos por aquí- “¡qué vergüenza!”. Y no niego que, para el militante honrado, el enfado es doble: por el robo y por lo mal que les deja, pero para quienes debían de saberlo o haberlo sabido, es un acto de cinismo.

Esa es la (im)postura que, al parecer han tomado algunos: de pronto se han convertido en los indignados del PP. En cualquier momento los encontramos rodeando su propia sede y exigiendo una “primavera popular” que luche contra los abusos de los que están en el poder.

Enviado desde Cedeño, Venezuela.

Socarronería valenciana de última generación

Sobre el autor

Divide su tiempo entre las columnas para el periódico, las clases y la investigación en la universidad y el estudio de cualquier cosa poco útil pero apasionante. El resto del tiempo lo dedica a la cocina y al voluntariado con protectoras de animales.