Salvar lo pequeño y no lo grande. Hace apenas unas horas que se han apagado los ecos de los gritos que han llenado calles y plazas. Cada uno reclamaba sobre “lo suyo” pero el conjunto está pidiendo un modo distinto de arreglar el desaguisado en el que estamos metidos. Yo solo discrepo en un punto: no es el problema de un solo partido, es el modelo de sociedad y de relaciones económicas lo que está sosteniéndose de forma artificial para beneficio de unos, no de todos.
A mí no me basta con la pancarta antiPP. Los últimos años del socialismo no cuestionaron el sistema por mucho que ahora el pancartismo les sirva para desgastar al gobierno, como es natural, por otra parte, en un grupo de oposición.
Se trata de poner patas arriba una estructura construida para enriquecer a algunos que, según dicen, impiden que nos hundamos todos. De negar el paradigma según el cual solo cabe salvar las grandes finanzas a costa de hundir las pequeñas.
En medio de las manifestaciones, no pude evitar acordarme de Marta Sánchez. La misma que en ocasión similar a la de ayer fue verbalmente lapidada por defender que “la manera de salir adelante no es jodiendo al prójimo, sino trabajando”. En concreto me quedé con la segunda parte pues la primera en un caso como el de ayer estaba fuera de lugar.
La referencia fue inevitable en la víspera de los Oscar que hoy se entregan y para el que hay nominado –aparte de Naomi Watts, por una producción “a la americana”- un español: Paco Delgado. Es poco dado a los focos y cámaras, reconocido por su trabajo y premiado hace nada en los Goya. Delgado es ejemplo de profesionalidad que saca adelante este país, que hace “marca España” y que no hace sino trabajar. Por eso pensé en Marta Sánchez, aunque con un matiz: lo que sacará adelante España es trabajar –que es lo que desean los españoles en paro-, pero lo que nos sacará adelante como sociedad es reivindicar que otro mundo es posible.