La opción que ha tomado el municipio de Onda parece mucho más sensata y ejecutable que las ideas estruendosas de la Junta de Andalucía. El primero opta por pactar con los bancos y facilitar alquileres sociales; la segunda, por expropiarles las viviendas directamente.
En Onda se ha buscado el consenso y sobre todo una solución. En Andalucía, a la espera de que los datos confirmen la viabilidad de la medida, solo puede decirse que se haya buscado la denuncia y la propaganda.
El Ayuntamiento de Onda ha querido un acuerdo que ponga en circulación las viviendas cerradas sin perjudicar ni a los bancos ni a los ciudadanos obligados en Andalucía a costear unas expropiaciones elevadas. ¿Está la caja de la Junta tan boyante como para permitirse pagarlas o lo fiará a pagos a proveedores que nunca llegarán?
No sé cuánto le costarán al ayuntamiento de Onda las ayudas que dará a sus vecinos pero al menos lo ofrecen con una contrapartida de trabajo social que equilibra la balanza. Tal vez el sistema no será del todo perfecto pero lo más importante es que muestra la posibilidad de buscar salidas a una situación terrible para muchas familias.
Está en la línea de las iniciativas sociales que intentan paliar el mal que aqueja a los vecinos. Quizás con el tiempo y confirmadas las bondades del sistema, puedan incorporarse a él algunos pisos de particulares que prefieran verlos alquilados por un precio módico pero seguro y al servicio de gente necesitada antes que tenerlos cerrados.
Lo curioso es que ese planteamiento podía haber sido el sustrato de las agencias oficiales de alquiler que ni sirvieron para dar seguridad jurídica a los propietarios ni animaron el uso del alquiler como alternativa a una compra imposible para casi todos. Esas agencias podían haber ordenado el mercado de forma que la oferta de pisos con alquileres ajustados hubiera dado un respiro a mucha gente. Es una opción en la que debería estar trabajando el gobierno. Hasta que no se fomente un alquiler digno, no se podrá eliminar la obligatoriedad de comprar una casa, aunque no se pueda pagar.