>

Blogs

María José Pou

iPou 3.0

Comercio injusto

El derrumbe de Bangladesh parece habernos abierto los ojos. Como si no supiéramos nada del tema, hemos descubierto que en esos países hay gente que trabaja a destajo, sin medios ni garantías, sin protección y sin aspiraciones. Y lo peor es que lo hacen a cambio de un sueldo mísero.

La vida de los 300 que han muerto en la fábrica de Savar no vale lo que sacan los productores por su trabajo. Por mucho que sea. Hace apenas tres meses hubo otro incendio. Éste no fue noticia porque “solo” murieron siete. Siete que trabajaban, entre otros, para Mango, Zara o Berska. Hace apenas un año, la ONG Setem publicaba un estudio sobre esa precariedad en Marruecos y apuntaba a El Corte Inglés o Cortefiel.

¿Por qué esas empresas llevan las fábricas a otros países? Y diría más: a “esos” países, no a Holanda, Finlandia o Noruega. Porque allí pueden reducir costes.

Y no miremos a otro lado. No hagamos como siempre ante la realidad del Tercer Mundo. Como si no fuera con nosotros. Como si no fuese cierto que es nuestra abundancia la que los hace pobres. Su miseria nos proporciona precios bajos. Gracias a sus pésimas condiciones, podemos llenar el armario con trapitos tirados de precio.

No es solo responsabilidad de los grandes empresarios que buscan beneficios a cualquier precio. Es también nuestra. Si ellos colocan en el mercado esos productos es porque hay demanda. Ocurre lo mismo que con los tiburones de la Bolsa. Nos quejamos de que vivimos en la especulación pero si el banco nos ofrece un interés mayor por unos fondos x o y, aceptamos, aunque estén engrosando la avaricia de un sistema fundado en “quien tenga, que aproveche”.

Si nos hemos acostumbrado, como consumidores, a mirar las etiquetas y no comprar cualquier cosa en alimentación, hagámoslo también con la ropa, los bolsos o los zapatos. Exijamos saber dónde y cómo está fabricado y tomemos libremente la decisión de adquirirlo o no, es decir, de seguir alentando el trabajo precario e inseguro con tal de ahorrarnos unos euros. Al menos, seamos conscientes en una jornada como hoy, Día Mundial de la Salud Laboral.

Socarronería valenciana de última generación

Sobre el autor

Divide su tiempo entre las columnas para el periódico, las clases y la investigación en la universidad y el estudio de cualquier cosa poco útil pero apasionante. El resto del tiempo lo dedica a la cocina y al voluntariado con protectoras de animales.