La piedra tiene unas posibilidades metafóricas casi infinitas. Así lo demuestra la larga lista de imágenes con las que podemos relacionarla si pretendemos hablar de la vida y el devenir humano sobre el planeta: la piedra en el camino; la china en el zapato; el cálculo biliar y hasta el menhir de Obelix. Cada una es distinta pero todas ellas ayudan a introducir un símil neolítico en la conversación.
Eso hizo ayer Ángel Luna sin que se le pueda atribuir la elección del relato evangélico pues su intervención lapidaria -nunca mejor dicho- en Les Corts fue respuesta a Ripoll. Éste, citando la frase del Nazareno, sugirió: «quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra».
Decir eso en un hemiciclo como el valenciano solo puede producir dos cosas: o un examen de conciencia colectivo con arrepentidos golpes de pecho -que éstos no parecen dispuestos a hacer- o un cólico nefrítico simultáneo que deje descabezada la política local durante meses.
A juzgar por la actitud de Luna, lo suyo fue poco más que arenilla pero arenilla vengativa con gran efecto mediático.
Hay que reconocer que competir en las audiencias con el caso ‘Malaya’ obligaba a hacer un espectáculo digno de José Luis Moreno, como así fue. Yo hubiera preferido que hubiera entrado vestido de Obelix, portando un menhir del tamaño de Stonehenge y que lo hubiera dejado caer en el dedito meñique de Camps al grito «¡soy la china en tu zapato!». De haber hecho eso, el ‘Malaya’ no hubiera pasado de tercer puesto en el elenco de titulares televisivos. Y lo que es peor, alguien hubiera podido confundirlo con la Presley del Consell. Y eso sí que no.
Optó, en cambio, por tirar una piedrecilla de playa para escándalo de sus señorías. Hay que decir que a sus señorías les pagan por escandalizarse ante tamaña ofensa. Si no, ¿cómo iban a justificar el sueldazo, las vacacionazas y los regalazos que perciben por aplaudir cada 99 minutos a su señorito?
¿Fue un gesto violento? No lo creo, a pesar de que primero quiso tirarlo en la cuneta y ahora lapidarlo. Fue soberbio. Ni Cristo tiró una piedra a la adúltera.