No estoy muy segura de que a Belén Esteban le compense ser ministra ni presidenta, como algunos sugieren. Es verdad que a la ‘princesa del pueblo (llano)’ le molaría ir a cenar del brazo de su Fran con Nicholas y Carla (Bruni) o ser recibida por Berlusconi como solo Il Cavaliere sabe tratar a una señora.
Sin embargo, vistos los sueldos de los miembros del Gobierno, que ayer conocimos a través de los Presupuestos del Estado, no merece la pena someterse al control del Parlamento y que le coloreen la cara por mucho menos de lo que gana en un programa.
Además, en la televisión puede decir, interrumpir y llorar sin que nadie le reproche nada, al contrario, sus arranques suben la audiencia, pero en la ONU no puede arremangarse y gritar «por mi hija, mato» sin crear un conflicto diplomático del más alto nivel.
Los presupuestos del Estado han evidenciado que el trabajo político, a juzgar por los 5.700 euros que se embolsa un ministro o los 6.500 del presidente, tiene que ser una vocación sacrificada o una afición para gentes pudientes. De lo contrario, los desvelos, el escarnio público, el parón de la carrera profesional de uno mismo o la carencia de intimidad de la familia no valen unos pocos miles de euros.
Quizás por eso el deshonesto tiene la tentación de dejarse comprar, engatusar o regalar a la primera de cambio. Más de uno dirá aquello de «con lo que me pagan, al menos me lo cobro en especie». Esa frase no es patrimonio exclusivo del sector público. Una servidora la ha escuchado también en el privado con la diferencia de que en éste último el estafado era un señor, señora o consejo de administración mientras que en el otro somos todos los ciudadanos.
La diferencia radica en el control que se ejerce sobre él. Resulta sorprendente cómo la Administración ha sabido tejer redes alrededor de la gestión que dificultan la transparencia necesaria. Si sabemos que Zapatero cobra 6.512 euros ¿por qué no podemos saber quién paga los trajes, los coches o los relojes que lucen todos y cada uno de los servidores de la cosa pública?