Las primarias me confunden. Los argumentos, las apelaciones al contrincante (de otro partido), los fastos electorales y la cobertura mediática me lían. Ya no sé si es un asunto interno del partido o tenemos que votar/aplaudir/apoyar todos los ciudadanos.

Cuando escucho a Trinidad Jiménez alegando que ella es mejor cartel electoral que Tomás Gómez frente a Esperanza Aguirre, no puedo evitar hacerme dos preguntas: qué es un candidato y a quién representa.

Un candidato es aquel que un partido decide presentar para que alcance el poder en su nombre. Visto así es razonable que sea elegido por los militantes. Otra cosa es que éstos mismos hayan decidido previamente si la selección la hará la cúpula o toda la asamblea. Es la diferencia entre la designación o la elección en primarias.

En cualquier caso debe representar al partido pero la pregunta es si debe prevalecer su tirón electoral posterior entre los ciudadanos o el actual entre la militancia. Eso es lo que ha querido esgrimir Trinidad Jiménez pero es un argumento al que, hasta ahora, nadie había apelado. Sobre todo porque es engañoso.

Es manipulador porque los avales proceden de la militancia, no de la ciudadanía y por tanto no son comparables un deseo y otro. También porque las encuestas a las que se remiten están hechas sin que Trinidad Jiménez sea candidata, es decir, sobre una hipótesis que quizás no se cumpla, y eso desvirtúa el resultado. Resultado engañoso, además, porque juegan con el factor mediático. Una ministra es más conocida que un militante local aunque sea secretario general.

Pero sobre todo porque el argumento no se emplea para todos los casos posibles, por ejemplo, para el propio Zapatero. Si se hiciera, la designación del cartel electoral para las próximas generales no debería basarse ni siquiera en primarias sino en las encuestas del CIS sobre la imagen del Gobierno.

Eso significa, sin ir más lejos, que Rubalcaba debería sustituir a Zapatero al frente de la campaña del PSOE. Es lo que indican los últimos estudios del CIS en los que Zapatero apenas obtiene 3,71 puntos frente a los 4,67 del ministro del Interior. Pero hasta hoy nadie lo ve candidato.