¿A quién beneficia? Es la pregunta que suelo recomendar a mis alumnos para averiguar lo que hay detrás de los asuntos públicos. Es una adaptación genérica del “¿quién sale beneficiado de su muerte?”, que suelen emplear en las novelas de misterio para descubrir al asesino.
¿A quién beneficia, pues, el cambio de logo en Radiotelevisión Valenciana? Ya sé que no buscamos la mano ejecutora del mayordomo pero igualmente me pregunto para qué se hace, en un Ente ahogado por un gasto desmesurado durante años, un cambio innecesario. De poco me sirve que me digan que han gastado menos que otros o menos que otras veces. ¡Como si es un euro! El problema de estos años es que se ha gastado sin necesidad, sean diez o diez mil euros. Lo preocupante de la acusación sobre Camps no era que “solo fueran tres trajes”. Aunque hubiera sido una sola corbata. La cuestión era si había sido o no. Lo mismo ocurre con la mala gestión. Todo euro mal empleado es un punto negativo en una entidad pública.
Así, vuelvo a la pregunta. ¿A quién beneficia? ¿Era necesario? ¿Qué aporta a los valencianos que pagan la novedad? ¿Era una prioridad en momentos de dura competencia?
Un cambio de logo no ofrece nada, por lo general, a los usuarios. Es un modo de dar identidad nueva a la empresa, nuevo impulso y una imagen de que algo ha cambiado. Eso, a estas alturas, para los valencianos no significa gran cosa. Al contrario. Puede tener un efecto contraproducente al ver que se pretende finiquitar, con un tupido velo que lo cubra, el recuerdo de una televisión que, a veces, fue buena, incluso excelente. Sin duda, todos quisiéramos olvidar los pecados cometidos en Burjassot pero la mejor forma es incentivar a sus trabajadores para superarse día a día. El recuerdo de una almendra amarga no se va fácilmente. Hay que comer otras, gustosas y llenas de sabor, para confirmar que vale la pena comerlas.
Los logos que encargan los recién llegados a la dirección de una empresa tienen mucho de megalomanía -antes de mí, el caos; después de mí, el abismo- o de humo que oculte y distraiga respecto de lo esencial.