No por intuidos, dejan de impactar los datos de Caritas española sobre la pobreza en nuestro país que ayer dio a conocer en su VIII Informe del Observatorio de la Realidad Social. Más de tres millones de personas pasan con 300 euros al mes. La noticia, ahí, no es la cifra con la que sobreviven sino que sobrevivan.
Vivir con 300 euros al mes no es vivir. Vivir con la soga al cuello rezando para que el desahucio sea mañana y no hoy no es vivir. Vivir sin nevera porque no hay luz a la que enchufarla por falta de pago no es vivir. Es pasar la vida pero no vivir.
Podemos dar datos hasta aburrir, a cual más escalofriante, pero la sustancia es siempre la misma. Lo resumía muy bien el secretario general de Caritas, Sebastián Mora: “no podemos salir del túnel y dejarnos gente dentro de él”. Es un aldabonazo en las conciencias, las mismas que a diario no dejan/dejamos de hablar sobre la crisis y si hay o no brotes verdes. Nosotros saldremos, con más o menos dificultad, antes o después, pero lo conseguiremos. La cuestión es si estamos dispuestos a dejar gente en ella para los restos. Podemos hacerlo, sin duda. Podemos seguir y dejar de mirar esa realidad alegando que todos tenemos una vida achuchada, que a todos nos golpea la crisis y que cada cual se busque la solución por su cuenta.
Ése es el principal riesgo que, como colectivo, nos plantea la crisis. No es la supervivencia sino que quede intacta la sensibilidad. Si ésa se ve afectada, lo que venga después poco nos debería preocupar. Si somos incapaces de echar una mano al vecino que no tiene ni para pagar la luz de poco habrá servido todo. Por eso el dato más esperanzador del informe de Caritas es que el 70% de sus recursos proceden de donaciones privadas y que éstas han aumentado, como lo ha hecho en un 10% el número de voluntarios en este último año. Es el mejor antídoto para evitar el daño del que alertaba ayer el presidente de Cáritas, Rafael del Río, “el debilitamiento de la cohesión social”. Si se produce una fractura social y se ahonda el abismo entre ricos y pobres, no habrá ONG que lo remedie.