Me lo dicen unos amigos cuya hija lee continuamente y no solo en español, sino también en inglés: “nos ha visto leer desde pequeña”. Y es cierto. De hecho, yo la recuerdo llevándose “la prensa” a todas partes, que en su caso, era el cuento del día. Era la forma de imitar a papá y a mamá que, desde siempre, compran periódicos, revistas y libros continuamente. Y, además, los leen. Para ella, como para mí, es natural dedicar tiempo libre a leer. Es lo que ha visto hacer como parte de la diversión y el descanso del fin de semana o del final del día.
Yo recuerdo leer LAS PROVINCIAS en casa desde que tenía una tinta verdosa y salía Suárez en la portada. Recuerdo también leer a Gabriel y Galán, a Espronceda y a Pemán, aprenderme poemas y hasta escuchar teatro en cintas de “cassette”. No recuerdo ni un solo “no” al pedir dinero en casa para un libro y también a mi padre dedicando parte del verano a enseñarme a leer con un libro de poemas que nos habían mandado en el colegio para el curso siguiente titulado “Me gustan las poesías”. Sin ese acompañamiento, quizás, hubiera encontrado natural dedicar el tiempo de ocio a otra cosa. A lo que hubiera visto en casa.
Por eso es tan oportuno el Plan Lector que la consellería impulsa. Se llame así o de otra forma, el objetivo es implicar a las familias en el hábito lector que, en nuestros chavales, es preocupantemente bajo. En Secundaria, por ejemplo, no llega al 10% quienes leen todos los días. Y más del doble no lee nunca.
Sin el apoyo familiar es imposible que el colegio consiga resultados notables. Sobre todo, porque lo mandado por el colegio suele verse como la obligación, no en vano son “los deberes”. En cambio, lo visto en casa es la normalidad de una vida común, no la imposición de una autoridad externa. Leer no puede ser la excepción sino la regla. Que los chavales no tengan ningún interés por la lectura debería preocuparnos. El fracaso no es de Wert, de Sinde o de Solana. Ni es de los maestros. Aquí cabe mirar a casa. Aunque lo más fácil sea señalar a un sistema ineficaz, aquí esa excusa no sirve.