El jardín del Turia es el espacio más democratizador de Valencia. En él, conviven runners, padres con niños, adolescentes aficionados al monopatín, ciclistas, gente mayor que pasea y amantes de los perros. Es un lugar de socialización, como un inmenso parque urbano. Hay tramos en los que una cree estar fuera de la propia ciudad. Quedan muy lejos los cláxones de los coches y el bullicio de los pasos de peatones.
Allí se ve el modelo de ciudad al que podría aspirar Valencia si se decidiera a apostar por ser verde y “slow”. Porque, sobre todo, es un tesoro social que ofrece una imagen moderna y europea de la ciudad; probablemente sea la mejor estampa que podamos exportar a una Europa que nos gana en todo: en uso de la bicicleta, en espacios verdes o en oportunidades de ocio. Sin embargo pocas pueden presumir de tener un río al servicio de todos los ciudadanos. De todos. Especialmente de quienes no pueden pagarse un gimnasio o un chalet con jardín.
Una ciudad no son solo sus monumentos ni el visitante valora solo eso. Sin duda le atraen y son la justificación de su viaje. Pero en el pack turístico, el Ayuntamiento debería “vender” mejor un río lleno de vida. La gente y el ocio al aire libre son elementos que valoran muchísimo los turistas que vienen a España. Cuando se les pregunta, muchos no mencionan ningún monumento o museo, aunque los hayan visto; hablan en cambio de la hospitalidad, de la vida en la calle y de tomarse unas tapas en una terraza. Todo ello tiene que ver con el ocio pero hay un espacio “slow” que podría atraer a otros visitantes. Esos que se quedan embobados mirando a los perros que juegan en el lago frente al Palau de les Arts. Y les hacen fotos, encantados de tener una imagen que combina espontaneidad y decorado imponente. Con ello se llevan un recuerdo distinto al de otras ciudades. Y, sobre todo, vivo. De ciudad avanzada. Los responsables municipales harían bien en pasarse por allí y ver sus caras. Y en lugar de multar, favorecerlo. Ese momento puede hacer más por una imagen moderna de Valencia que muchos planes y gastos suntuosos.