“He estado, estoy y estaré con vosotros”. Algo así solo se lo he oído decir a Cristo y, para ser exactos, no de viva voz sino a través de terceros. Los Evangelistas, sin ir más lejos. Es cierto que días atrás se lo leímos también a Aznar aunque, en su caso, era más bien un “si no estoy es porque no quiero”, que no es lo mismo. No. Lo que promete Alberto Fabra tiene un aire divino, dicho sea con el sentido original y no en modo pijotero.
“Hasta el final de los tiempos”, le faltó decir para que alguno de los suyos le pidiera lo que San Pedro a Jesús en el Monte Tabor: quedémonos aquí, que se está de cine. Fabra ha prometido estar. ¿Para qué? No está claro. La cuestión es que lo va a hacer en la forma más evidente que tiene un político: encabezando la lista electoral para las elecciones autonómicas, lo que, a la luz de lo sucedido en el tiempo que lleva al frente del partido en la Comunidad, ya es mucho.
No sé muy bien si los populares ya dan por perdidas las elecciones; si confían en remontar en los dos años que faltan; si quieren cortar de raíz cualquier motín interno o si es que no tienen mejor opción. A estas alturas no tengo clara la respuesta pero me sorprende lo pronto que se anuncia algo que para algunos dentro del mismo partido está en duda.
Lo más tristón es el elenco de méritos que anunció el presidente. Poca cosa es que nos hable de un primer paso para la financiación. Con este gobierno no bailamos un tango y vamos derechos hacia delante caiga quien caiga. Rajoy es más bien de Ricky Martin, un pasito p’adelante, María, un pasito p’atrás. No hay que fiarse de lo que parece un inicio de algo. Más allá de eso, de la Ley de Costas y de la paz interna, poco hay que atribuirle a un gobierno atado de pies y manos. Entiendo que con los mimbres que tenía no había ni para hacer un cesto. Con suerte una alpargata y no de las buenas. Por eso me cuesta ver ilusión en derredor con Fabra de cartel electoral. Lo único cierto es que él estará. Hasta el final de los tiempos del PP. Lo ha prometido aunque mi preocupación es quién se lo habrá prometido a él.