La política lo cizaña todo. Ayer mismo, una causa que había aglutinado a decenas de grupos distintos, la defensa de una televisión pública en valenciano para lo valenciano, se escoró en cuanto se introdujo la política, si es que no estaba presente antes. Cuando se supo la decisión de cerrar, Valencia se llenó de gentes de las bandas de música, de las fallas, del mundo cultural, de los artistas, de profesores o simplemente de valencianoparlantes. No coincidían en lo político ni en lo ideológico, no compartían bandera ni señas de pertenencia, pero tenían algo que les unía: la exigencia de una radio y una televisión públicas que dieran cobertura a la realidad valenciana y que lo hicieran en la propia lengua. Sin embargo, ayer no se concentraron para lograr eso sino para hacer caer a un gobierno, el de Fabra.
No puede negarse que la forma de desarrollar el cierre de RTVV ha sido lamentable. Su estratega, si lo ha habido, parecía un aprendiz. Y no se trata solo de la chapuza de las últimas horas sino de todo el proceso. No es reprochable que el gobierno Fabra quiera cerrar todas las sangrías que merman sus escasos recursos pero la fijación con RTVV, la dilatación oscurantista de la decisión y los modos empleados hacia los trabajadores y los ciudadanos son motivos más que suficientes para levantarse y acudir a una manifestación que cuestione lo realizado. Ahora bien, una cosa es no estar de acuerdo con el cierre de RTVV tal y como se ha hecho, y otra, distinta, pedir elecciones anticipadas. Ahí es donde se ha mostrado la utilización política del cierre de RTVV. Quizás es comprensible que si su vida ha transcurrido entre manipulaciones y usos para el beneficio partidista, su muerte también responda a ello. Pero los ciudadanos merecemos que nuestros recursos e incluso nuestras quejas no se conviertan en armas arrojadizas. Son justas; tardías y parciales, pero justas. Merecemos que alguien las represente por nuestro bien, no por su propia poltrona pero nos esperan meses de insistente “váyase”. RTVV es el Gürtel de Fabra. Tan improductivo como el anterior.