>

Blogs

María José Pou

iPou 3.0

La mansión de Lorenzo

Después de ver el vídeo en el que Jorge Lorenzo enseña su casa, solo me quedó una duda: si la casa ya era así o la encargó. Lo digo porque responde a casi todos los caprichos que un adolescente pudiera tener: una discoteca; un cine; una sala de juegos, con billar y mesa de póker (que aún no ha utilizado, según dice el interesado en las imágenes) y hasta un inmenso gimnasio con piscina para chicas culonas o jacuzzi en la terraza lleno de nenas en bikini. Tiene de todo y sin embargo no tiene vida.

No sé si Lorenzo vive ahí o solo acaba de adquirirla, pero parece un espacio hueco deshabitado. Es cierto que las vistas son impresionantes y que una casa con cristal hasta en los suelos en un paraíso de sol y luz para sus habitantes -y una tortura para los limpiacristales-, pero viendo el vídeo pensé que era una casa triste. Será que estoy acostumbrada a ver individuos de cuatro patas que se descontrolan en un vídeo tan calculado pero imágenes como ésas no me invitan a envidiar al dueño de la mansión. Me gusta ver vida autónoma como la de niños correteando al margen de las cámaras, mascotas que ignoran la grabación o simplemente plantas que crecen dando vida en un rincón.

En realidad es lo que parece: la promoción de la marca patrocinadora que presume de tener en su casa, y hasta en su ropero, Jorge Lorenzo. Es un gran escaparate para vender el producto y, como suele ocurrir con los publirreportajes de casas impresionantes, se echa en falta la vida real.

No envidio a Jorge Lorenzo viendo el vídeo. Echo de menos un precioso jardín por donde pasear, un salón para leer y una familia con la que compartir tanto. Por eso me resulta triste. Las cosas se disfrutan con los demás. A veces un piso de 90 metros cuadrados junto a la pareja es un paraíso más envidiado que los 1200 de que dispone Jorge Lorenzo. Le sobra sitio y le falta vida. No deberíamos criticarlo por lujoso. El lujo, hoy en día, no es tener una mansión sino tener motivos para ser feliz en cualquier choza. Esa capacidad es digna de envidia porque no depende de las riquezas sino de la actitud de cada cual.

Socarronería valenciana de última generación

Sobre el autor

Divide su tiempo entre las columnas para el periódico, las clases y la investigación en la universidad y el estudio de cualquier cosa poco útil pero apasionante. El resto del tiempo lo dedica a la cocina y al voluntariado con protectoras de animales.


diciembre 2013
MTWTFSS
      1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
3031