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María José Pou

iPou 3.0

Los polis apuestos

He de confesar que no suelo fijarme. Como la autoridad me pone… firme, y no de otra forma, no me da mi profundo voto de obediencia civil como para mirar si los del uniforme son apuestos o no. Supongo que por edad, preparación física y equipación ajustadita, lo serán pero, como digo, nunca me he fijado. Esto viene a cuento del comentario que Mariló Montero hizo a Esperanza Aguirre mientras explicaba su percance con la policía local de Madrid: “espero que al menos fueron apuestos”, dijo la presentadora. Yo solo espero que fueran eficaces y legales. Todo lo demás, carece de importancia, salvo para los anuncios de refresco.

Es uno de los tópicos más cultivados con todo cuerpo del orden: que si están cachas, que si tienen un punto chulesco, que si una chica mona les puede seducir al volante. No me creo nada. Y visto lo visto, me alegra saber que son capaces de multar a un concejal del PP, a un diputado del PSPV y a toda una Esperanza Aguirre. Cosas como ésas me hacen recuperar la confianza en los policías locales, tengan o no musculito. El cuerpazo lo quiero para que Nadal gane una y otra vez en la cancha, pero no para que un policía deslumbre a una señora que conduce como si la calle de Alcalá siguiera siendo la cañada real. Puro campo y borregos por doquier. Todo el año.

Ella siempre fue un verso suelto, decía cuando ejercía de primera dama de la Meseta. Pero una cosa es ir suelta y otra soltar gas por el tubo de escape. Nunca mejor dicho. El carácter rebelde de la política está bien para las ruedas de prensa, los mítines, los debates parlamentarios y las tertulias pero no para quedar exenta de cumplir con las ordenanzas municipales y los responsables del orden público. Eso no es exotismo sino desacato.

Dice que solo querían la foto, como si no fuera una garantía de ecuanimidad que se vea a la expresidenta del PP madrileño aceptando debidamente una reprobación de la policía por una infracción de tráfico. Cualquier día los asesores de Obama le montan una así para que los electores se vuelvan locos de contento. Eso es visión política y no la tontuna que terminó haciendo la baronesa popular.

Foto: El Correo

Socarronería valenciana de última generación

Sobre el autor

Divide su tiempo entre las columnas para el periódico, las clases y la investigación en la universidad y el estudio de cualquier cosa poco útil pero apasionante. El resto del tiempo lo dedica a la cocina y al voluntariado con protectoras de animales.