Hace 20 años, decir que leías comics implicaba automáticamente que te relegaran al grupo de los raros y raras. Aunque parezca un cliché americano, en los colegios e institutos españoles también se aplicaba la norma del fuerte y guapo es el que triunfa y el lerdo es aquel o aquella que lee comics, se sabe los diálogos de memoria de películas como La Guerra de las Galaxias o la menos conocida Tron o entiende perfectamente cuando alguien le saluda con los dedos de las manos separados hasta formar una V en el centro de la mano.
Eran las tribus de los ahora llamados frikis. Asociados a la inteligencia, el rendimiento académico medio-elevado y a no seguir la corriente en gustos estéticos o de marca, han conservado una subcultura envidiable. Aunque no me gusta llamarlo subcultura porque, si utilizamos algo de nuestro tiempo a sumergirnos en algunas de las historias narradas en algunos de los comics de la Casa de las Ideas (empresa conocida como Marvel), descubriremos que escritores como Brian Michael Bendis o Mark Millar son unos auténticos artistas.
En cierto modo, una de las reglas que sigue el arte -aquello de que para que una pieza pueda ser arte debe ser irrepetible- me chirría a la hora de valorar, por ejemplo, una obra escrita. El trabajo de estos dos guionistas es de una complejidad y entramado bien construido. Ello, unido a la labor de dibujantes como Bryan Hitch en el comic The Ultimates Superhumanos desemboca en un conjunto redondo y perfecto con un fondo psicológico y constructivo de los personajes que ya quisieran algunos escritores mediocres que he tenido el disgusto de leer y sufrir (gracias al consejo de una amiga, me he quitado la costumbre de acabarme un mal libro y no sentirme culpable si no lo termino).
Por eso, a la hora de valorar una pieza única como arte -aunque sea una pieza anodina- frente a un comic que, ni siquiera se suele clasificar como parte de la literatura universal, me parece injusto cuando se trata de profesionales como los he que he mencionado anteriormente. Haciendo un guiño a los personajes de la Marvel con el titulo de este artículo, aquí empezaremos a hacer justicia a una “corriente menor de lectura” como clasifican algunos y algunas.
En esta sección también hablaré sobre el poder que están alcanzando algunas personas que, hace 20 años, eran los y las raras de clase. Estamos evolucionando a un modo distinto de arte, encabezado por personas cuya sensibilidad y capacidad de captación es casi superhumana. Voy a comentar tanto el ámbito artístico como áreas que, en principio, no tienen mucho que ver con el concepto de arte que nos han doctrinado, como el área tecnológica. Estas personas, con su formación multidisciplinar, están demostrando que la era de los frikis ha llegado. Si ya lo dijo Bill Gates en una de las conferencias que impartió en la Universidad de Yale: “Sé amable con los empollones: existen muchas probabilidades de que termines trabajando para uno de ellos.”
Lidón Sancho Ribés.