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Fernando Mulas

Mi hijo me llama

¿PAPÁ, QUEDA MUCHO?

(La prolongación del confinamiento por Covid19 cuestiona la actuación con los niños, por lo que se reproduce esta Tribuna de Opinión de la edición impresa del  4 de Abril 2020 en Las Provincias )

¿PAPÁ, QUEDA MUCHO?

Esta frase etiquetada como “hecha” tiene una gran vigencia en estos tediosos días de pandemia. La preguntábamos tratando de anticiparnos cuando éramos niños y papá era quien conducía, pero se da en muchas otras circunstancias de la vida. Ahora nos la repetimos como adultos sin saber que responder, siendo más reiterativa en los pequeños que por su inmadurez tienen peor su control inhibitorio y verbalizan mas lo que piensan.

La anticipación es una acción que posibilita pensar o realizar una acción antes de que ocurra, previendo de antemano las posibles consecuencias o respuestas. Es una característica innata del mundo animal, racional e irracional, no necesariamente ligada a la inteligencia.

Cuando el guepardo se lanza a 110 Kms/hora a por un impala, inicia su carrera sobre un posible punto situado muchos metros por delante de su presa para lograr que se produzca el encuentro. Actúan al unísono la corteza cerebral prefrontal, con implicación del núcleo accumbens y sus funciones de recompensa, la corteza visual y el hipocampo para memorizar situaciones previas. Pero la gacela también hace automáticamente sus propios cálculos poco antes de ser alcanzada para cambiar de dirección, produciéndose continuos quiebros de resolución impredecible.

Una de las mayores controversias en un deporte tan popular como en el futbol se produce con denominado fuera de juego. Se ha estudiado como algunos jueces de línea por estos mecanismos de anticipación situaban de forma inconsciente y automática la posición del jugador rebasando la línea permitida, sin que ello hubiese ocurrido. Afortunadamente esto ya es historia cuando se cuenta con el cacareado VAR, que es mas objetivo e inapelable.

Hay mayor torpeza si no se sabe con certeza la respuesta

Pero la corteza prefrontal cerebral se encarga de esos cálculos anticipatorios con una variabilidad impredecible entre los sujetos, debido en parte a la implicación del citado núcleo accumbens y sus funciones de recompensa. En la pregunta de la cabecera que nos ocupa, el respondedor no solo valorará como explicar la realidad, sino como será la reacción de quien pregunta. Probablemente lo hará con mayor torpeza si no sabe con certeza la respuesta.

En este punto es cuando tienen a su vez que intervenir los mecanismos de control inhibitorio que referíamos al principio para regular el tipo de respuesta en función de la verdad objetiva y lo que se estime oportuno tamizar para no provocar desánimos y desesperos. Muchas veces se opta por dejar pasar el tiempo sin comprometerse, como ocurre en la actual pandemia.

La anticipación oportuna se basa sobre todo en sistemas de aprendizaje y experiencia.  Cuando de viaje vacacional se nos hace esa pueril pregunta puede plantearse la respuesta con bastante anticipación. Pero ahora con la pandemia viral nos encontramos inmersos en un viaje incierto, peligroso e impredecible y se debe responder según la idiosincrasia de quien pregunta.

En la cuarentena los padres tiene un papel mucho más difícil con sus hijos

Cuando un niño nos hace esa pregunta está pidiendo no tanto conocer la respuesta categórica, sino que está también nos está informando de su comprensible desazón para conseguir de nosotros un apoyo sobre su estado anímico que le haga sobrellevar mejor la espera de lo que parece que nunca va a acabar. Esta situación se hace mucho más palpable en los niños con trastornos del neurodesarrollo donde sus niveles de comprensión y de aceptación pueden ser muy variables.

Un niño con Trastorno del espectro Autista (TEA), por su dificultad para entender el estado mental de otras personas, difícilmente asumirá la limitación de las rutinas que se suprimen por el confinamiento obligado. Por eso es muy plausible la tolerancia máxima de las disposiciones dadas para seguir haciendo actividades diarias como los paseos y ocupaciones terapéuticas que puedan facilitarse en su domicilio, siendo en determinados casos aún mas imperiosas. Se recomienda leer la web y blogs de los centros especializados que dan normas prácticas de intervención durante la cuarentena.

Los niños con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) pueden llevar muy bien la situación sobre todo en los casos denominados inatentos, que se resuelven estando mas pendientes de ellos y favoreciendo el empleo de rutinas cambiantes y apoyos para su cumplimentación, incluyendo la realización de los deberes. Esto implica un esfuerzo añadido para sus padres, que mediante las explicaciones consecuentes hacen más llevadero para ellos el tiempo de espera del confinamiento.

Pero en los casos de hiperactividad con impulsividad relevante y un  negativismo floreciente,  sobre todo en la época de la adolescencia, e incluso antes, las situaciones que pueden plantearse son muy conflictivas como rabietas y duros enfrentamientos con sus padres, pudiendo ser precisa una asistencia facultativa. Se requiere una dosis de paciencia añadida y dar mayores explicaciones porque, aunque sean obvias, estos chicos y chicas necesitan más tiempo para asumir su frustración. Debido a su intolerancia no vale con un razonamiento estricto para que asuman sin más el encerramiento obligado, sino que se necesita mucha mano izquierda. Deben potenciarse los entretenimientos programados y una actividad física reglada en casa que mitigue su sensación de encorsetamiento e impotencia.

Bajo las actuales circunstancias de cuarentena obligada los padres tienen un papel mucho más difícil conviviendo con sus hijos. Además de tener que trabajar telemáticamente, a lo que no suelen estar acostumbrados, muchas veces tienen que atenderlos simultáneamente, con las peculiaridades de cada uno. No hay una receta infalible pero ambos padres tienen que aprender a aunar sus esfuerzos de forma coordinada, trasmitiendo a sus hijos explicaciones y estrategias de funcionamiento personales y familiares, a pesar de la incertidumbre añadida de no saber la respuesta sobre cuando es el final de este sorprendente y arriesgado viaje.

Temas

Blog sobre los retos del desarrollo neuronal de los niños en una sociedad cada vez más exigente

Sobre el autor

Neuropediatra, Doctor en Medicina y Cirugía. Fundador y Director del Instituto Valenciano Neurología Pediátrica (INVANEP). Ex Jefe del Servicio de Neuropediatría del Hospital Universitario La Fe de Valencia (desde 1978 hasta 2013). Ver CV completo


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