>

Blogs

Fani Fernández

Mil piruetas

Memecracia

 

Seguir a @FaniFdezPat .

¿Qué nos llama la atención en Internet?. Vivimos sepultados bajo toneladas de información tóxica, atrapados por lo inmediato rechazando o dando difusión a las ideas contagiosas que se propagan de manera vertiginosa. ¿Qué temas eliges para acercarte a tus contactos?. Dedicarle tiempo y cariño a un post en Facebook o Twitter no es sencillo. ¿Hay espacio en ellos para el análisis entre tanto marketing viral?.  Si además de chatear con amigos buscas información, rigor, debate, etc, habrás comprobado cómo el hacerlo conlleva menor número de ‘retuits’ o ‘me gusta’, ese medidor cuantitativo implacable del que nadie escapa y que siente especial predilección por las respuestas intuitivas. Ante ello hay que tener las ideas claras, conocer cuál es tu marca personal y defenderla. Ni una página sobre la pesca del salmón en Yemen, por poner un ejemplo fílmico muy gráfico, pero si es a lo que te dedicas habrá que venderlo de la forma más atractiva posible.

La era de la información resultó ser la era de la emoción y el contagio descontrolado de ítems. Es ahí en donde se acuña el término memecracia, referido al sistema en el que vivimos inmersos cuyo nombre no proviene -por increíble que parezca- de la palabra memez sino que intenta definir un mundo en que reinan los ‘memes’, -ideas contagiosas- en un internet saturado de información y en donde los arquetipos que logran captar la atención ciudadana y guiar su comportamiento no son los mejores ni los más nobles ni los más útiles ni los más veraces; sólo son los que se propagan con mayor facilidad.

Publicistas, políticos, famosos, empresarios y medios luchan por sembrar sus memes para conseguir el impacto viral en medio del ruido informativo global: ‘Nos hemos convertido en una industria contaminante que lanza vertidos a la sociedad’. ‘Nuestros lectores ya se han dado cuenta del engaño -somos la segunda profesión peor valorada de España-, pero los medios actúan como si no pasara nada’, asegura la periodista Delia Rodríguez en su libro ‘La Memecracia’ en el cual aborda la naturaleza y el calado de los contenidos en la red. En él incita a la reflexión sobre esta corriente que nos arrastra y cuenta quién decide lo que debes pensar, hacer, comprar, sentir y votar, mientras muestra cómo reducir el ruido de fondo para reclamar la libertad de elección y el control de tus ideas, en un recorrido por los distintos virus mentales que nos coartan ante el bombardeo de cientos de miles de estímulos que están deseando captar nuestra atención cada minuto de cada día.

Son momentos apasionantes estos de grandes cambios para quienes estamos imbuídos de la ‘sociedad líquida’, concepto ya clásico en tiempos cambiantes de miedos e incertidumbres que te dio a conocer con la habitual sutilidad de sus pinceladas Rafa Marí Sancho. La modernidad líquida es una figura de cambio y de la transitoriedad, de la desregulación y liberalización de los mercados. La metáfora de la liquidez –propuesta por Zygmunt Bauman– intenta también dar cuenta de la precariedad de los vínculos humanos en una sociedad individualista y privatizada, marcada por el carácter temporal y volátil de sus relaciones. Surfeamos en las olas de una sociedad líquida siempre cambiante –incierta– y cada vez más imprevisible, es la decadencia del Estado del bienestar. La modernidad líquida es un tiempo sin certezas y paradójicamente de la falsa sociabilidad.

 

 

La sociedad ya no te garantiza nada. Esta incertidumbre exige a los individuos flexibilidad, se debe estar siempre bien dispuesto a cambiar de tácticas, a abandonar compromisos y lealtades. Bauman se refiere al miedo a establecer relaciones duraderas y a la fragilidad de los lazos solidarios que parecen depender solamente de los beneficios que generan y se empeña en mostrar cómo la esfera comercial lo impregna todo, que las relaciones se miden en términos de costo y beneficio –de ”liquidez” en el estricto sentido financiero.

Hace falta tiempo. Para reubicarse, desinflar y extraer lo mejor de los diferentes fenómenos derivados de Internet. Entre tanto puede que cada día captes, te sientas atrapar por una idea o más de una de las que prenden más allá de las chispas instantáneas en unos breves segundos. Y necesites compartirla. Darás por bien empleado el tiempo, los riesgos y la pérdida de privacidad que supone formar parte del juego de la memecracia abriéndote paso entre su espesura líquida.


septiembre 2013
MTWTFSS
      1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
30