Dadme un punto de apoyo y (me) moveré (por) el mundo
Hay quien ha vivido cien Nochebuenas y ha sobrevivido. Y las espera casi con frenesí. Hay gente pa tó, que diría el Gallo. Bromas aparte, en estas fechas lo cierto es que somos un poco más viejos y nada como la mirada reposada y serena de un anciano para entender el valor de cualquier reencuentro. A pesar de que en Navidad te guste sentirte como niña, sumergirte en la curiosidad y euforia infantiles no dejas de reconocer que pocas cosas has escuchado estos días tan cálidas y adorables como la voz de Nick Lowe en ‘Airport Christmas Song‘ ; una de las joyas de su recién estrenado último álbum.
Pero no es el único de quien te confiesas incondicional. De otra mucha gente mayor. Te declaras absolutamente fan dels üelets a quienes les chifla hacer cosas y son capaces de sobreponerse a sí mismos. Hay quien lo logra con un simple anuncio y no necesita más que una silla plegable invitando a empezar algo nuevo olvidándose incluso de su bastón. Algo así como ‘Dadme un punto de apoyo y (me) moveré (por) el mundo’.
La ley de la palanca de Arquímedes ha dado lugar a una de las más míticas citas no literarias pero que perfectamente podría serlo. Si has trabajado con alguien de cierta edad habrás comprobado de primera mano cuan de cierta es esta rudimentaria ley mecánica en infinidad de facetas. Ahora vas a ver cómo alguien con este sencillo descubrimiento prehistórico desafia las leyes de la Física y hasta de la gravedad. Se llama Manoel de Oliveira, director de cine portugués, y le grabaron de esta guisa no hace demasiado ayudado de un simple bastón. Y eso que él gusta de los estáticos planos fijos.
Decías que lo que quieres es vivir 100 años y recuerdas a quien en una entrevista tras un homenaje te confesaba que una vez vivido tanto ‘dejaba pasar a los demás delante por educación’ refiriéndose a la postrera. Elegantemente, como esos olivos centenarios, milenarios incluso, que ejercen su señorío sobre cualquier grisura y todo su entorno. Pero ojito, nunca se sabe lo que te puedes encontrar bajo la arrugada piel de una persona de edad, como las de Diane Keaton y Jack Nicholson, hilarantes y geniales en ‘Something’s gotta give‘ .
Quisieras llegar a los cien, como Oliveira, como ese olivo centenario que viste pasar por la autovía sobre un trailer el otro día, avanzando lento e imponiendo su majestuosidad sobre el ruido de los coches, las prisas, nuestras preocupaciones y destinos.