Tentetieso
Empezar el año con humor está muy bien. Sentada a la enésima mesa ante el enésimo jamón y el enésimo turrón aparecen las eternas y jocosas disquisiciones familiares sobre qué comen los camellos (desde bombones hasta huevos fritos y alpiste) y surge también una noticia acerca de una mujer ingresada en urgencias por padecer un orgasmo durante tres horas ininterrumpidamente. Qué empacho por favor -de jamón-. Y qué mareo. Mejor hablemos de las rebajas, propones tú. Risas. Y a otra cosa, mariposa. No, en serio, resulta que triunfa una web sobre señores que esperan a sus señoras mientras rebajean… ininterrumpidamente.
‘Tanto turrón blando reblandece el cerebro’, os increpa el cascarrabias del tío Nelo con esa coraza tan suya repleta de vulnerabilidad y que tan familiar te resulta por todos lados. No crees que haya gente más o menos fuerte, simplemente quien disimula con mayor o menor acierto su fragilidad por no reblandecerse en exceso y desparramarse emocionalmente sin control. Él es de esos, como tú. Hoy mismo sin ir más lejos acabas de pasar la noche sin pegar ojo a pesar de intentar pensar en las caras de tus hijos y sobrinos. Lo tuyo no era excitación infantil ante la llegada de los Reyes Magos sino más bien preocupaciones varias de esas que tanto abundan.
Hoy te han regalado un muñeco tentetieso o Daruma de los deseos japonés. Regalo en clave. En clave de humor porque siempre bromeas con no caer, con el levantarte por resorte, por puro mecanismo lógico y casi inconsciente de otra ley física. Si tu talón de Aquiles eres tú mismo y te zarandean pero no te caes, no hay de qué preocuparse ¿No?. Y ahí lo tienes, y se te ha ocurrido pensar que quizá te lo han regalado con una lectura cósmica. Quien sabe, nunca fuiste muy sagaz para las intenciones. Aún te estás sonriendo contemplándolo siempretieso, porfiado, con su base semiesférica de contrapeso que golpeas y vuelve a la posición inicial musiqueando al balancearse. Cuántos años. Le acabas de encontrar el lugar, de pisapapeles sobre la mesa de tu despacho en sustitución de la pelota-planetaTierra antiestrés.
Esta noche la vas a pasar en blanco, imaginas que como tanta gente, demasiados días con el horario cambiado, demasiada excitación acumulada con el revoloteo de los regalos de ayer pensando en propósitos por abordar y despropósitos heredados. Y tu insomnio cada vez más pertinaz. Un Daruma, qué ocurrencias. Touchée. Te sientes como uno de esos muñecos aunque vestida de camuflaje en marrón y en edad adulta. De hacer caso a lo que te pide el cuerpo ahora te aferrarías a las páginas de un libro pero piensas en zen y te revistes de optimismo mientras balanceas tu muñeco Daruma sobre la mesilla de noche. Casi de día y todavía sin dormir. A la mierda, que diría aquel. Te desarropas enérgicamente y levantas de la cama con la persistencia y determinación del ninot japonés. Este podría ser el principio de algo… Hasta de un buen año.
Tentetiesos del escultor Juan Muñoz.