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Hoy has madrugado para adelantar. Has salido disparada a tender la ropa en el terrat y mientras organizabas mentalmente la jornada aún medio dormida te has quedado mirando los calcetines sobre el tendedero perfectamente alineados pensando en el mejor orden para abordar lo por hacer. Y te has puesto en modo turbo: ‘You can’. Tú puedes. Si la crisis está pudiendo con algo o alguien es contigo desde luego. Y con tus amigas. Menos trabajo, menos ayudas en las tareas domésticas, menos extras para tus hijos, menos restaurantes y nada de viajes, menos conciliación, menos de todo. Más trabajo doméstico. Muchos logros, muchísimos logros han quedado atrás.

Su mirada nítida asoma por la puerta y te dice sin hablar buenos días. Os espera una dura jornada a los dos. Aún os podéis tomar un café de pie en la cocina antes de despertar a los niños. Últimamente a primera hora te sientes mayor pero su provocación a la risa matutina limpia más el aire que la lluvia. No es fácil, nadie dijo que lo fuera. Oh, pero…

El recuerdo irrumpe de golpe impetuoso y te traslada veinte años atrás. Flash… Pum… ¿Dónde me llevas ahora?: ‘Dame la mano, cógete fuerte, venga’. Y te llevó a la cima para contemplarlo todo desde allí. Eras casi una cría, nunca habías estado tan alto en tu vida como aquel día todo verdor, fragancia, lozanía. Bluff, mantener la frescura de aquella jornada resulta un ejercicio diario très difficile. Casi de funambulista.

Pum… Flash… ¿De vuelta?: Tienes ganas de reír. De hecho te ha entrado la risa tonta. Visto desde la terraza ahí afuera todo parece inhóspito y artificioso; las calles consumidas en la eterna hoguera de las vanidades sin lugar ya para la naturalidad y calidez, esas que reinan a lo largo y ancho de tu casa. Habían más momentos entonces que ahora para la risa irrefrenable. ‘Pásame una pinza, anda va… qué pesadito eres’.

¿Volverás a reengancharte al trabajo?. A buen seguro que sí, cuestión de confianza. Habías perdido la frescura, fue lo que te dijeron tus jefes cuando te comunicaron que no te renovaban el contrato. Ja. En aquel preciso instante se desmoronó ante ti el deseo de comerte el mundo y cambiarlo. Pero no del todo. Aún hoy intentas aprehender aquella frescura a la vuelta de la esquina de un gesto por la calle, de una amiga, del guiño de un hijo… Volver a ser niña, recuperar esa mirada de la foto… Hay verdaderos mentirosos con los ojos, malabaristas del engaño pero tú crees que la mirada joven es cuestión de actitud.

Nacho Duato compaginará Alemania con Rusia y Le Luthiers andan por Valencia. La última vez que estuvieron aquí no pudisteis ir a verles. ¿Iréis en esta ocasión?. Eso esperas. Si hay algo que te guste más hoy que antes es reír.

Otra lavadora.’You can‘. ‘Ja ho crec que I can‘. ‘Que tengas un buen día’. Hace frío. Te metes hacia adentro.