Quedo con un empresario para que me cuente su vida y que me explique su versión de la crisis del mueble. Se trata de un treintañero de una empresa familiar de la que son propietarios su padre y sus tíos que, desde que explotó la crisis, tienen más rencillas. “La empresa va mal”, asegura. “No es lo que era”, añade.
Resulta que tiene, simplificando, dos líneas de trabajo; La tradicional, que funciona a menor ritmo; y la innovadora, que es un absoluto fracaso. Se equivocaron en la forma de distribución. “Llegamos tarde”, se lamenta.
“La culpa es de los bancos y de los políticos”, sentencia. Yo no lo entiendo. La parte proporcional de culpa de las entidades financieras es por su manía de cobrar cada mes la hipoteca. Este crédito tiene como garantía un solar junto a un polígono industrial. El terreno es agrícola y el alcalde de turno ahora resulta que no quiere construir más. La cuota hipotecaria, pese a la bajada del euribor, se lleva los euros que logra la empresa gracias a su línea tradicional de producto. No hay beneficios. Estamos en crisis.
El problema es que no tiene subvenciones. Papa Generalitat les dio dos millones de las antiguas pesetas hace años para cambiar sus catálogos, pieza fundamental para que venda un fabricante de muebles. “Las ventas aumentaron un 40%”, recuerda. Ahora esperan, sentados, a que llueva otra subvención para renovar otros catálogos que tienen con polvo.
Todo esto lo cuenta un empresario activo. De los de trabajar de lunes a sábado y algún domingo y que ahora tienen más experiencia porque, en lugar de estudiar, decidió ponerse a trabajar de verdad lo más pronto posible. Le provoco para que, en petit comité, se tire de los pelos por la decisión de su padre de invertir en solares. “A hecho mucho dinero comprando y vendiendo suelo”, me comenta enojado.
Comento esta historía entre empresarios y propietarios de bolas de cristal con más o menos relación con el sector. Me recomiendan que me olvide de esta historia como ejemplo del mueble, que esto sirve para todo tipo de empresas aunque no existan estadísticas que lo certifiquen.
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