El próximo 16 de febrero se celebrarán elecciones en la factoría de Ford. Pese a que la convoctoria a las urnas en una empresa nunca suele ser determinante para una región, la factoría de Almussafes ha demostrado ser una excepción.
Las cifras de la planta así lo demuestran. Son alrededor de 7.000 trabajadores los que viven de ella. Además hay que sumar a los proveedores, de modo que la cifra total ronda los 30.000 sin contar lo que se llama empleo inducido (bares, servicios, comercios donde compran todos estos trabajadores…). Sin ser la planta de Ford del tamaño de Mercadona, la factoría conforma, con los que viven junto a ella, el grupo más grande de la Comunitat Valenciana.
Unicamente por esta razón, que ya de por sí es de peso, unas elecciones en la factoría de Almussafes no se merecerían el tratamiento de vitales para una región. Pero, sin embargo, así es. Lo acontencido en los últimos años demuestran que el poder sindical en Ford no sólo es brutal sino que además es decisivo. El pasado 2 de septiembre de 2007, LAS PROVINCIAS publicó una entrevista a Gonzalo Pino, por aquel entonces líder de UGT en la factoría, cuyo título es el siguiente: “En las reuniones del acuerdo hemos participado Fleming y yo, nadie más”. Ford Almussafes es la única empresa en la Comunitat en la que un sindicalista se ha saltado al responsable de la empresa en España para acudir a la cúpula de una multinacional y firmar un acuerdo que después ha repercutido en la factoría y en todo su entorno de una manera decisiva.
Y esta no fue una declaración aislada. El por aquel entonces presidente de Ford Europa, John Fleming, dijo meses despúes que los tres motivos por los que la multinacional había decidido quedarse en Almussafes por lo menos hasta 2013 eran: “El primero es la calidad del personal y de los productos que fabrica. El segundo es la relación con UGT y su disponibilidad para que la planta siga siendo productiva y el tercero es la relación que tengo con usted (dijo mirando a los ojos al presidente de la Generalitat, Francisco Camps) y con los miembros de su gobierno”. En aquel momento, Ford priorizó a los sindicatos frente a la administración.
Se ha iniciado la precampaña. Los cuatro sindicatos (UGT, CC OO, CGT y STM) que se presentan tiene los motores engrasados y hasta que llegue el 16 de febrero acusaciones, reproches y enfrentamientos van a ser habituales. Es lo habitual en el mundo del metal.