El dividendo de una empresa es lo que se paga anualmente por tener una acción. Los dividendos se calculan al dividir la parte de dinero que se va a repartir entre los accionistas por el número de acciones.
Para un cálculo de lo que retribuirá una empresa a sus accionistas, es necesario conocer el pay out, es decir, qué parte de los beneficios se guardarán en la caja de la empresa y qué parte se distribuirá anualmente a los accionistas.
Pongamos un ejemplo. Tenemos una empresa con cinco millones de euros de beneficio, un pay out del 60% y un millón de acciones. El 60% de cinco millones es tres millones. Si esta cifra la dividimos entre el número de acciones obtenemos un dividendo por acción de tres euros brutos por título. El hecho de ser dividendo bruto significa que a esta retribución hay que aplicarle los impuestos correspondientes.
Este reparto de dinero se puede realizar de múltiples formas. El dividendo a cuenta es que el que se recibe con seguridad (si existe la liquidez necesaria) antes de que se celebre la junta general de accionistas. Además, hay que sumarles, si se da el caso, los dividendos complementarios (que se aprueban en junta cuando el dividendo a cuenta no reparte todo el beneficio obtenido). Además, se puede recibir un dividendo extraordinario, que supondría una retribución no prevista y que supera el pay out previsto.
Una de las novedades que cada vez está más implantada en España es el dividendo en acciones. Este tipo de retribución consiste en entregar acciones en lugar de dinero. Para ello, la empresa debe tener suficientes acciones de autocartera o realizar una ampliación de capital que le permita disponer de autocartera suficiente para distribuirla entre sus accionistas. La ventaja para el accionista es que este tipo de retribución no tributa a Hacienda. Por contra, su participación en la empresa no aumenta pese a pasar a tener más acciones.
Pongamos un ejemplo. Tenemos una sociedad con 10.000 acciones que valen un euro que va a retribuir con una acción nueva por cada 10 antiguas que poseamos. Para cumplir con esta retribución realizará una ampliación de 1.000 acciones nuevas.
Nuestra participación es del 20% de la sociedad por lo que tenemos 2.000 acciones y, una vez se pague el dividendo paseremos a tener 2.200 con el mismo 20% de participación o seguir con las mismas 2.000 acciones, los 200 euros (menos impuestos correspondientes) pero nuestra participación se reduciría hasta el 18,18%.
En el caso de haber recibido dinero en lugar de acciones podríamos haber comprado, impuestos al margen, 200 acciones con el dinero percibido por el dividendo de modo que nuestra participación pasaría a ser del 22%.
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