El nuevo presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, tomó ayer una medida justa. Bajar los tipos de interés hará que las cuotas hipotecarias se reduzcan pese a que ello merme los ingresos de la banca.
De todas las medidas y datos económicos de la crisis, la evolución del euribor es quizá el único en el que se puede hablar de justicia económica.
Repasemos su evolución. En 2007, cuando todos negaron la crisis ya que nadie (ni Zapatero ni Rajoy ni nadie con bola de cristal) se imaginaba la quiebra de Lehman Brothers, el euribor subió. Empezó el año en el 4% y escaló hasta el 5,3% que registró en septiembre de 2008.
Al mes siguiente quebró el banco de inversión americano. Así lo llamó LAS PROVINCIAS en diciembre de 2007 cuando Lehman Brothers le compró la Reva a Llanera. Lo llamamos “banco de inversión americano” porque excepto en los círculos financieros nadie conocía esta banco. Era uno de tanto con AAA de rating.
A partir de ahí, que fue cuando asumimos la crudeza de la crisis, el euribor cayó en picadio. En septiembre de 2009 cayó hasta el 1,2%, tasa en la que se mantuvo hasta junio de 2010.
En ese momento, la inflación y su enorme guardián Trichet hicieron acto de presencia. Alemania crecía y Estados Unidos tenía brotes verdes. Al hilo de este inicio de recuperación, el euribor empezó a crecer hasta llegar al 2,1 en el que estamos actualmente.
Trichet ya sabía que había que bajar los tipos y devolverlos al 1% donde estuvieron cuando no desaparecieron los inicios de la tímida recuperación fuera de España. Pero la política económica no funciona así.
Del mismo modo que la confianza tendrá la posibilidad de volver a España cuando el país no este pendiente de unas elecciones, en el BCE había que esperar a que Draghi tomara el mando para que los tipos de interés, y por tanto el euribor, volvieran al punto donde debían estar.
Ahora el tipo de interés que marca la mayoría de las hipotecas en España está en tendencia bajista. En mi bola de cristal sólo sale la evolución hasta hoy y ahí se lee que la cota del 2,1% es un máximo del que el euribor se alejará bajando.
Es justo. Si la crisis se recrudece, el euribor que marca las hipotecas debe bajar. Desde luego que el motivo de la bajada no es éste, pero de momento aún nos queda un indicador que se sitúa donde realmente está la economía.
Por cierto, a mí me gustaría que el euribor estuviera al 4%. Si algún día llegamos a esa cota, significará que no hay paro, que los autónomos tienen crédito, que las empresas obtienen beneficio, es decir, que los hipotecados vivirían en un país en el que pueden pagar esos intereses.