Ford Almussafes ha vuelto a recurrir a los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) temporales para organizar su producción. Este nuevo recorte contrasta con las buenas noticias que ofrecía la multinacional al traer a la Comunitat la Transit Connect (en 2013) y el Kuga (octubre 2012).
La explicación más sencilla que se me ocurre es recordar que estamos en la Comunitat Valenciana y que la factoría le pasa lo que al tiempo de la zona.
Alan Mulally, presidente mundial de Ford, dijo que el futuro de la planta iba a ser tan brillante que necesitaría gafas de sol.
Poco después, Stephen Odell, presidente de Ford Europa, me puso mala cara cuando le pregunté si, durante el camino, habría algún expediente de regulación de empleo. Me contestó que cuando un directivo tiene un futuro brillante no se va a poner a mirar los contratiempos que puede tener por el camino.
Si hablamos del tiempo de la Comunitat Valenciana nos pasa lo mismo. Nadie en su sano juicio puede poner en duda que tenemos un intangible valiosísimo que es el agradable tiempo que disfrutamos. Y lo podemos decir bien fuerte incluso ahora que sufrimos la gota fría. Una cosa no quita la otra.
Un ERE en Ford es, sin lugar a dudas, una noticia llamativa aunque no para los lectores de LAS PROVINCIAS ya que esta situación estaba más que prevista y, puesto que no tiene consecuencias dramáticas, no se debe tomar con alarmismo. Han habido sufientes pistas como para entender que esto podía pasar pero que no por ello iba a ser dramático.
Ahora bajará la producción pero llegará el Kuga y la Transit Connect y si Europa sigue viva, comprará los coches que se fabrican en Almussafes.
Otra cuestión distinta es olvidar las consecuencias que tienen para los trabajadores la aplicación de esta medida. Sufrirán recortes en sus sueldos y en la cantidad de días que tienen de derecho a la prestación por desempleo. Ambas cosas son cuestiones que no se deben olvidar.
Tampoco se deben olvidar los sindicatos de Ford que su situación es de privilegio y que todos los parados y la mayoría de trabajadores les gustaría tener sus condiciones y que su empresa pudiera, como Ford, presentar un ERE temporal preventivo que no enmascarara un cierre definitivo.
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