Ford Almussafes ha demostrado la enorme diferencia que existe entre ser una gran empresa o una pyme. Su convenio, con la flexibilidad pactada en él, es la gran diferencia que tiene esta multinacional con respecto a las pequeñas pymes que suman más del 95% de tejido empresarial valenciano.
La dirección y la plantilla de Ford han logrado poner una solución preventiva a los problemas que tienen. El primero era tener que parar 19 días para instalar la maquinaria que necesitarán para ser más competitivo y poder montar en año y medio el C-Max, el Kuga y la Transit Connect. El horizonte de esta inversión es volver a trabajar a tres turnos, es decir, aumentar plantilla.
Por otra parte, las previsiones actuales de producción del C-Max son bajas y esto hace que para que la empresa se mantenga en los umbrales de rentabilidad debe dejar de fabricar, de momento, 28 días. Para ello pide un ERE de 39 días.
Una planificación de este tipo en una pyme es completamente inviable. Las pequeñas empresas no pueden hacer estas proyecciones ni tienen herramientas en su convenios provinciales, autonómicos o nacionales para solventar este cambiante mundo económico en el que vivimos.
Cuando AVE, Cierval, la Cámara … clamaban por que la Comunitat Valenciana necesitaba empresas más grandes era por todo esto. Una empresa debe tener la dimensión suficiente para ser flexible, mantener su rentabilidad y pedir pequeños o grandes sacrificios a los trabajadores. A cambio de ello, los trabajadores obtienen unos derechos que, a pesar de estar más que asumidos, están muy lejos de lo que muchos trabajadores de pymes puede ni siquiera soñar.
Uno de los problemas endémicos de esta sociedad es que los jóvenes quieren ser funcionarios. Sin embargo, no se dan cuenta que la seguridad se obtiene cuando tenemos empresas capaces de resistir los achaques de la crisis. Las pymes no lo son y ese es un problema de fondo que deberíamos de ser capaces de cambiar.
Si Ford hubiera actuado como una pyme al no contar con las herramientas que tiene su convenio, hubiera despedido a miles de trabajadores. Tendría ahora una gran parte de su plantilla como temporales y cuando llegara el Kuga y la Transit Connect no tendría personal cualificado para realizar este trabajo.
La flexibilidad y los convenios son un beneficio mútuo entre empresa y trabajador en la que ambos se conceden lo que en cada momento se necesita. Hay, sin duda, convenios justo e injustos pero fuera de este círculo la crisis es muchísimo más dura.
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