El Banco Central Europeo (BCE), igual que la Reserva Federal (EE UU) y otros bancos centrales, han realizado desde el inicio de la crisis inyecciones de miles de millones en el sistema con un resultado visible en el corto plazo (en indicadores como la Bolsa) pero de escaso recorrido en el medio y largo plazo.
Todos hemos leído/oído que estas inyecciones son positivas en el día aunque, pasado ese efecto inmediato, el grifo del crédito sigue cerrado. Por tanto: ¿Para qué sirven las inyecciones de miles de millones que hace el BCE?
Para entender la pregunta analicemos primero tres conceptos:
¿Qué es una inyección? La ley más básica de la economía es la de la oferta y la demanda. Apliquémosla a los mercados de acciones o de renta fija. Si aumentan los compradores, el precio de las acciones sube y la rentabilidad de los bonos baja. Si aumentan los vendedores, el precio de las acciones baja y la rentabilidad de los bonos sube. Una inyección es una compra masiva de bonos, es decir, una intervención que sirve para que baje la rentabilidad de los bonos, no llegue al 7% y que país en cuestión no necesite un rescate (y el rescatador otro rescate por rescatar al que no puede rescatar).
¿Cuántos son miles de millones? Las cifras macroeconómicas son difícilmente entendibles fuera de su contexto. ¿30.000 millones es mucho o poco? En el caso de una de las últimas inyecciones de los bancos centrales de 30.000 millones es poco si se tiene en cuenta que en 2012 existen vencimientos de deuda de 700.000 millones de euros. También es mucho si se compara con lo que habitualmente se mueve en el mercado de bonos durante un día.
¿Qué papel tiene el BCE en esta historia? El Banco Central Europeo (BCE) es el que marca la política financiera en Europa, por lo menos, a priori. Es el que decide los tipos de interés de referencia (que afectan al euribor), el tipo de interés al que le presta dinero a la banca y al que le retribuye a los bancos por dejar su dinero en el BCE y la política monetaria (y especialmente ahora es el que decide si se le da a la maquinita de hacer dinero o no). El jefe del BCE es Alemania aunque el presidente, Draghi, es italiano. Antes, era francés (Trichet) cuyos intereses patrios estaban más cerca de Alemania.
Aclarados estos conceptos, Europa vive una crisis de incertidumbre que empezó en agosto de 2007 con las subprime, se agravó en octubre de 2008 con Lehman Brothers y lleva un par de años centrado en la deuda pública. Si tienes incertidumbre no te fías, es decir, no prestas dinero.
Al margen del debate sobre si estamos muy o poco endeudados, la duda que está encima de la mesa es si los países pagarán o no sus deudas. La política hasta ahora ha sido preventiva. A los especuladores que se forran con posiciones bajistas (sí, créelo, se gana más apostando a la baja que al alza) se les contesta con inyecciones millonarias que son pequeñas para superar el problema pero mucho más grande que lo que los especuladores pueden hacer en un día.
Esta política preventiva consiste en ir paralizando el ansia especulativa a la espera de que estos tiburones se cansen y, así, el resto de actores se empiecen a fiar unos de otros y se elimine la incertidumbre.
Lejos de tener éxito, estas inyecciones no hacen más que atrasar el problema e incorporar más objetivos sobre los que especular. Utilizando una metáfora militar, si el BCE cubre el frente, los especuladores atacan por el flanco.
El último en subirse a la diana donde se ataca es Italia cuyo expresidente Berlusconi tuvo el tino de calificar como “culo gordo mantecoso” el trasero de la jefa Merkel.
Con los ataques preventivos se calma pero el paciente sigue enfermo por lo que cada vez coge más fuerza que se haga un inyección de las gordas y se avise que hay un carro de inyecciones capaz de acabar con toda la tos de los especuladores.
¿Qué hace falta para eso? Mucho dinero, en concreto, más del que hay por lo que para hacerlo hay que darle a la maquinita de hacer billetes. Esto implica, indiscutiblemente inflación, una palabra que temen demasiado los alemanes hasta el punto de que vetan esta posiblidad.
¿Nos conviene este carro de macroinyecciones de capital? Creo que no hay más remedio. Volvería el crédito pero es que además lo necesitaríamos para comprar la barra de pan a dos euros, el litro de leche a dos euros…
Dentro de la serie ¿Qué es…? también puedes consultar:
¿Qué riesgo tienen los bonos patrióticos de la Comunitat? ¿Hay que invertir?
¿Por qué los bancos quiere colocar bonos de la Generalitat?
¿Para qué sirven las inyecciones de miles de millones que hace el BCE?
¿Por qué España está al borde de ser rescatada?
¿Por qué se rescata a un país y qué significa?
¿Por qué la estadística del Ministerio de Trabajo es menos fiable que la encuesta (EPA) del INE?
¿Qué es el riesgo subestandar?
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