En el mundo económico hay expresiones que significan justo lo contrario de lo que entienden los que no son especialistas en la materia. Es habitual oír “tengo mucho riesgo” como algo positivo mientras “la banca me ha bajado el riesgo” como si algo negativo.
Por riesgo entendemos el grado de cercanía que tenemos al peligro. De este modo, una actividad de mucho riesgo tendría que tener mayores problemas que la que carece de él. Entre los economistas/financieros no suele ser así.
El problema en la expresión del riesgo ligado a la banca es que
la misma palabra se utiliza para conceptos contrarios. Es habitual que un financiero hable del riesgo que tiene concedido para
referirse al volumen de crédito que tiene una empresa. Si me han prestado 50.000 euros, tengo un riesgo de 50.000 euros. Más riesgo implica más endeudamiento y, por tanto, es negativo. Sin embargo, también se habla del riesgo para
señalar el importe que tiene una línea de crédito (recuerdo mi post
‘¿Qué es una línea de crédito?’)
De este modo, tener la capacidad de pedir 50.000 euros en la línea de crédito (tener un riesgo de 50.000 euros) siempre será mejor que tener limitada esta opción a 25.000 euros y peor que si el riesgo fuera de 100.000 euros.