Los datos ofrecidos por el Ministerio de Trabajo sobre el paro de agosto no significan ningún cambio en la situación del mercado laboral. Pese al aumento del desempleo en 7.952 personas en agosto en la Comunitat hasta los 517.510 y de 51.185 en España hasta los 4.130.927, la tendencia del desempleo es prácticamente plana si atiende a datos más alla del cambio del mercado laboral entre julio y agosto de este año.

El año 2008 se inició con 2.261.925 parados y terminó con 3.128.963. En diciembre de 2009 se alcanzó los 3.923.603 desempleados. En enero de 2010 (hace 20 meses) se sobrepasó la barrera de los cuatro millones y desde entonces el paro ha oscilado entre los 3,9 millones que se registraron en julio (punto álgido de la campaña de verano) de 2010 y los 4,3 que hubo en marzo (mes anterior a que se empiece a notar el efecto Semana Santa) de este año.

Si se analiza el mercado laboral atendiendo al porcentaje de variación anual, tenemos que en 2007 el paro empezó con descensos del 4,1% y terminó con un incremento del 5,2%. 2008, por su parte, empezó con un incremento del paro en tasa anual del 8,62% y terminó con un alza del 46,93%. 2009, sin embargo, empezó con crecimientos del 47,12%, llegó al 56,69% y cerró con una subida del 25,4%. El año pasado, la tasa de crecimiento del paro pasó del 21,66% de enero al 4,5% de diciembre.

En los ochos meses de este año, el crecimiento del desempleo ha oscilado entre incrementos del 4,51% y el 3,04%. El dato de crecimiento anual del paro en agosto es del 4,06%.

Conclusión: Fue un drama el incremento del paro en 2008 y 2009 pero el mercado laboral actual está actualmente estabilizado por encima de los cuatro millones de desempleados y no se vislumbra una tendencia bajista mínimamente sólida. Pese a estos datos, los analisis perniciosos del paro que hablan de fracaso de las administraciones, nacional o autonómica, o resquicios de recuperación gracias a las actuaciones nacionales o autonómicas son declaraciones vacías. Meros intereses de izquierdas o derechas para lanzar reproches al contrincante que intentan desviar a la atención de lo que realmente pasa: Parálisis.