El principal problema que tiene el Banco de Valencia, y toda la banca española en general, es que el mercado interbancario no funciona. En la llamada “sala blanca” del Banco de España se subasta todos los días a las nueve horas liquidez para los bancos.
Las empresas que tiene excendentes de liquidez, como Mercadona, Consum, Carrefour, El Corte Inglés y las gasolineras (fundamentalmente) prestan, durante un día, todo el dinero que sus clientes han pagado el día anterior y que no les hace ninguna función en la caja.
La banca, por su parte, recoge este dinero que utiliza para su actividad diaria. En resumen, es como una línea de crédito pero a un día aunque cada jornada se renueva.
En la época precrisis, en la “sala blanca” de Banco de España se movían unos 6.000 millones de euros. El Banco de Valencia recogía unos 300. De este montante, un 20% procedía de operadores internacionales.
El dinero foráneo, con la crisis subprime, quiebra de Lehman Brothers y crisis de deuda, ha desaparecido. ¿Y el otro 80%?
La culpa, en este caso, no es sólo de la crisis. Lo de comprar la barra de pan con tarjeta de crédito ha hecho que el flujo de caja de Mercadona, Carrefour y El Corte Inglés se haya reducido mucho de modo que ya no aportan tanto dinero a las subastas de la “sala blanca”.