Hacer algo para nada da rabia. ¿Cuántas veces se cumplen encargos que finalmente acaban en la basura? Creo que todo el mundo alguna vez ha sentido esa desilusión mezclada con rabia de ver que un trabajo realizado acaba en la basura o no sirve para lo que se había concebido. Esta sensación la deben tener Sergio Puente y Paula Sánchez. Tenían la oportunidad de haber salido nombrados en todos los periódicos, en todas las televisiones. Sus segundos de gloria se han esfumado. Ambos pertenecen a la Dirección General del Servicio de Estudios del Banco de España y terminan un artículo diciendo que el aumento de la población “generará una fuerte presión al alza sobre el gasto en pensiones y sanidad”. Menuda frase si la oportunista decisión de ampliar la edad de jubilación no hubiera durado sólo una semana.
Aquel gran miedo en el cuerpo que metió Zapatero a los españoles con su sugerencia de ampliar la edad de jubilación de los 65 a los 67 años ocurrió el 29 de enero. Por aquel entonces, el Boletín del Banco de España ya estaba en imprenta por lo que el encargo de un estudio riguroso que demostrara que la política de Zapatero es justa y necesaria se debía prorrogar. Y así ocurrió hasta que el artículo titulado ‘Evolución reciente de la población en España y proyecciones a corto y largo plazo’ se publicó en el Boletín de Febrero en un artículo fechado el 22 de febrero pero que no se ha distribuido a los medios de comunicación hasta hace pocas fechas.
Esta maniobra propagandística está ahora fuera de lugar. ¿A quién le interesa si es necesario ampliar o no la edad de jubilación cuando ya sabemos que esto sólo lo hizo Zapatero para calmar su inicio como presidente de turno de Europa? Lo único interesante del estudio es que alguna vez alguien pensó que para que una política fuera justa y necesaria debía tener argumentos de peso como la opinión de algunos poseedores de bolas de cristal y una estadística hecha de forma que impacte cuando se traslade al papel del periódico.