Da igual que se hable de viviendas, oficinas, locales comerciales o naves industriales. El mensaje repetitivo que se lanza desde que empezó la crisis es que los precios no van a bajar. Ni se planteó en 2007, se aseguró con irónica superioridad en 2008 y se mantuvo el mismo mensaje en 2009, 2010 y, lamentablemente, sigue en 2011. Como el cuento de “¡Que viene el lobo”, cuando sea cierto no los creeremos.

Tras casi cuatro años de la misma cantinela, ahora por lo menos se suavizan las declaraciones. Evidentemente, los precios han bajado por lo que el mensaje ha mutado ahora a un “no creo que haya un descenso significativo de los precios”. El último en repetir este discurso erróneo ha sido Joaquín Ivars, máximo responsable de BNP Paribas Real State en la Comunitat Valenciana.

Sin embargo, no por más repetido el discurso se convierte en real ni en compartido por todos los que trabajan en el sector. Un promotor, de los de cientos de viviendas en costa y ciudad, me decía esta mañana. “En algunas promociones no vendo ni un piso y en otras, a cuenta gotas. Los precios los pone la demanda y pueden bajar más pero frente a esta situación lo que no puedo hacer es quedarme de brazos cruzados. Estamos gestionando suelo para poder volver a construir cuando se pueda. Será dentro de cuatro años, ocho, o los que sea pero centrarse en vender pisos que la gente no quiere comprar es perder el tiempo”. Este promotor sabe que el precio puede seguir bajando en algunas zonas. También, puesto que lleva décadas y crisis en la espalda, tiene claro donde puede empezar a construir viviendas porque dentro de dos años (cuando las acabe) tendrá demanda y qué viviendas seguirán sin vender durante un muy largo periodo de años.

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